domingo, 25 de febrero de 2018

Villa romana de Can Ring - Besalú

La villa romana de Can Ring se encuentra situada al noroeste del municipio, en un campo llano y ligeramente inclinado hacia mediodía. En 1959 se encontraban indicios de un establecimiento romano, que hizo posible que en 1960 se iniciaran unas excavaciones arqueológicas dirigidas por Marta Coromines. El espacio explorado, aproximadamente uns 300 m2 de superficie, puso al descubierto muros de estancias y pavimentos de época romana que mostraban la existencia de una villa romana. Las paredes eran andamios de tapia dispuestas sobre una socolada de piedra y mortero y cerraban espacios rectangulares pavimentadas con la técnica de opus signinum (mortero de cal y barro) que dibujaban habitaciones y pasillos. Entre los restos de derribo aparecieron abundantes fragmentos de teja plana (tegula) y curvada (imbrex) provenientes del derrumbe de los techos. También se recuperaron pedazos de estuco pintado del recubrimiento de las paredes que perfilaban un edificio ciertamente notable.
El material cerámico recuperado, bastante numeroso, situaba la cronología general entre los siglos I aC. y el III dC. Los más antiguos se remontaban al primer tercio del siglo I aC. que podría coincidir con la época fundacional de la villa. Este material se depositó en dependencias municipales y formó el grueso principal de la llamada “colección arqueológica” de Besalú. Entre las piezas más valoradas destacaban dos denarios de plata, un bajo republicano y el otro acuñado por el emperador Septimio Severo y unos de bronce del siglo primero.
Tras una puntual intervención en los años ochenta sin trascendencia, llegamos a primeros del año 2005 con una prospección arqueológica. Por iniciativa del ayuntamiento de Besalú se peinaron los campos de Can Ring con una máquina excavadora. Se fueron abriendo zanjas largas de arriba a abajo con una separación media de cinco metros entre ellas. Después de más de una veintena de zanjas se detectaron varios muros, restos de pavimentos y material cerámico romano. Se delimitó una amplia zona donde se concentraban los restos antiguos que afectaban al tercio más elevado del campo bajo. Los datos obtenidos confirman la romanidad de aquellas estructuras y cronológicamente coinciden con las de la primera excavación.
Ahora la villa está delimitada pero aún lo desconocemos prácticamente todo de la, hasta ahora, única villa romana conocida de la Garrotxa.

(L.O.A.)

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