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sábado, 14 de marzo de 2020

Cueva de Ses Aiguades


Ses Aiguades es una cavidad que llega a tener una longitud de 180 metros. Se accede a ella por una galería vertical de seis metros. La columna de agua alcanza una cota máxima de 14 metros. En 1998 el equipo del espeleobuceador Xisco Gràcia realizó una primera excavación durante la cual se extrajeron 189 piezas. "Si se hiciera otra excavación intentando retirar todas las rocas, seguramente encontraríamos mucho más material, mucho más antiguo y conoceríamos quiénes eran los habitantes más antiguos que utilizaban esta cueva", matiza Fumàs.
La importancia de este hallazgo no estriba solamente en el número de piezas acumuladas. Su existencia ha abierto muchos interrogantes. El primero saber cómo los romanos realizaban la extracción del agua. Fumàs se pregunta si accedían "a través de un pozo vertical, metían las ánforas dentro y las subían con un sistema de poleas, porque estamos hablando de un peso de más de 100 kilos", reflexiona. Otro misterio por resolver es el uso que se hacía de este agua. Una respuesta obvia es que el pozo abastecía a los barcos que cubrían las rutas comerciales entre las penínsulas Ibérica e Itálica y que, forzosamente, pasaban por Mallorca. Eso no explica, sin embargo, por qué hay tal cantidad de ánforas: "El hecho de que la cueva esté tan cerca del mar, a menos de cien metros, en una zona fácil para fondear, indica que es muy factible que pudiera ser una cueva de aiguada, de ahí su nombre. Pero yo creo que hay alguna cosa más", reflexiona Fumàs. Ese algo más puede explicarse por la composición de este agua, rica en cloruros, que hace posible que se conserve en buenas condiciones más tiempo. Sin embargo, el arqueólogo se reafirma en que "es extraño que solo tuviera un uso cotidiano. El hecho de encontrar las ánforas llenas de tan diferentes cronologías y la dificultad para subirlas hace pensar que pudiera ser algún tipo de santuario, alguna divinidad a la que los romanos agradecían por curarse. Estos cloruros son muy buenos para enfermedades de la piel, hepáticas e intestinales y es posible que este agua fuera muy valorada y tuviera también un uso sacramental", argumenta.
Para acercarse más a la resolución de estos misterios se elabora una base de datos para saber todo lo que se extrajo de la cueva en la excavación de 1998, el remanente que permanece en la cavidad y el expolio que ha sufrido a lo largo de los siglos. La confección del mapa 3D servirá para diferenciar las ánforas. Aunque la mayoría de ellas son tarraconenses o layetanas y aun conservan el sello del taller de origen, muchas están incompletas: "Esto lo intentaremos solucionar haciendo un análisis microscópico de cada pieza. Cogeremos diferentes muestras, del sedimento, del agua, de huesos hallados que podrían ser de myotragus. Laboratorios de todo el mundo nos dirán si estas premisas son ciertas o no y conoceremos la cueva en toda su complejidad y totalidad. Para nosotros es fundamental conocer la realidad de su uso y de las rutas comerciales que trataban con Mallorca y la relación que tenían con Pollentia", sintetiza.
Trabajar en esta cavidad requiere de una gran especialización ya que las condiciones son extremas: "Es difícil que la visibilidad se mantenga más de 10 o 15 minutos y puede que pasen semanas hasta que se recupere. Quien entre ha de ser muy bueno y muy rápido para que la campaña no se vaya al garete en un momento", comenta Fumàs. En este sentido, el investigador agradece el apoyo que han tenido de los GEAS: "Nos han cuidado y protegido".
A pesar de la relevancia de ses Aiguades Fumàs dice que "se necesita financiación externa, pública o privada, para seguir, pero es muy difícil encontrar apoyo. Las técnicas son costosas y el equipo humano muchas veces participa de forma altruista. Saben que es un proyecto único y vienen con ilusión, pero como responsable no puedo admitir que no tengan, al menos, sus necesidades cubiertas". Para Fumàs este es uno de los problemas que podrían poner en peligro la continuidad de la investigación.
"Los habitantes de la isla nunca conocieron estas cuevas secas", dice Manel Fumàs. Uno de los objetivos del estudio es saber quiénes fueron los pobladores más antiguos que usaron este agua. Fumàs cree que en una nueva excavación, "encontraríamos más material mucho más antiguo".

Diario de Mallorca

sábado, 25 de enero de 2020

villa de Sa Mesquida - Santa Ponça


Este yacimiento arqueológico de Malloca, Sa Mesquida, está situado en el parking de un supermercado, de la localidad de Santa Ponça, Calvià. Para poder acceder al mismo, tenemos que desplazarnos hasta el núcleo urbano por la carretera MA-1 y coger la avenida del Rey Jaume I, en dirección a la localidad. Lo encontraremos apenas superada una rotonda.
En la entrada del centro comercial encontramos los restos delo que parece ser un núcleo rural fundado en el siglo I antes de nuestra era (a.n.e). Esta villa romana, junto con la de Can Maiol (Felanitx) y Son Sard (Son Servera) son las únicas villas excavadas consideradas de nueva planta. Estas serían parte fundamental del mundo rural mallorquín, formado también por una infinidad de núcleos de origen talayótico que continuaron su desarrollo social más allá de la conquista romana del año 123 a.n.e.
La villa de Sa Mesquida se encuentra a unos 500 metros del mar, en medio de una antigua llanura fértil, apta para el cultivo y para el desarrollo de un núcleo rural con una intensa actividad agropecuaria.
Del yacimiento arqueológico de Calvià podemos destacar dos áreas muy diferenciadas. Por un lado, encontramos un conjunto de 6 habitaciones dispuestas en torno un patio central descubierto donde hay un pozo. De este sector del conjunto tenemos que destacar una serie de estructuras. La primera, es una estructura asociada a la producción de salazón o relacionada con la producción de vino. La segunda son los restos de un horno de cerámica común hecho a turno. Este es el primer horno de estas características documentado en la isla y demuestra que en el yacimiento se desarrolló también una actividad alfarera de alcance local o regional. Este tipo de cerámica está clasificada dentro de las cerámicas comunes producidas en muchos lugares del Imperio.
Esta primera área, fundada en el siglo I a.n.e., fue destruida a finales del siglo II. Los motivos de esta destrucción nos son desconocidos.
En la segunda zona del yacimiento encontramos los restos de una cisterna, utilizada como vertedero a lo largo de los siglos V y VI. En ella se documentaron toda una serie de materiales anfóricos, vajilla, cerámicas comunes y de cocina, gran cantidad de restos de fauna, vidrio, metales y elementos arquitectónicos. Las cerámicas, de varias provincias evidencian el intenso contacto que tuvo, no sólo este pequeño núcleo rural sino la isla de Mallorca, con otras zonas del Mediterránea como la Península ibérica, el norte de África o el sur de la Galia (ahora Francia).
Por lo tanto, volvemos a ver en este yacimiento la importancia del actual Santa Ponça con el mundo exterior. Y dentro de este enclave estratégico no podemos dejar de lado la cala del mismo nombre, donde llegarían y saldrían mercancías de todo tipo. De estas, se pueden destacar por ejemplo el vino de Italia o de la Tarraconense o el aceite de la Bética, muy preciado en varios lugares del Mediterráneo.
Te invitamos a imaginarte cómo sería la actual Santa Ponça a lo largo de los siglos I-VI: un lugar rural en plena efervescencia de las tareas agropecuarias beneficiadas por una llanura fértil que favorecería el desarrollo de la población del momento. Un espacio muy diferente del que podemos observar hoy en día.

Arqueomallorca

lunes, 22 de abril de 2019

Roma en las Baleares

Poco antes de la conquista de Baleares, el Estado romano había iniciado un proceso de transformación que durará un siglo y que culminará con la aparición del régimen imperial. Todo ese período final de la república romana es conocido con diversas etiquetas como las de crisis de la república o republica tardía. Lo más significativo del mismo está marcado por la lucha abierta entre las dos tendencias políticas dominantes: la de los populares o defensores de acelerar los cambios políticos para adaptarlos a las nuevas realidades sociales y, por lo mismo, más partidarios de gobernar con el apoyo de la asamblea del pueblo, organizada por tribus, frente a los optimates o representantes de los sectores más conservadores. Los comienzos de este período se vinculan a las figuras de los hermanos Graco, hijos de Tiberio Sempronio Graco, quien había sido gobernador de la Hispania Citerior los años 180-179. El mayor de los hijos, Tiberio, siendo tribuno de la plebe en Roma el 133 a.C. pretendió adaptar el aparato del Estado a las nuevas realidades con propuestas como la fundación de colonias romanas fuera de Italia, repartos de tierra a los sectores ciudadanos empobrecidos y ampliación del privilegio de la ciudadanía romana a muchas ciudades de derecho latino. 
En ese marco de nuevas propuestas políticas se produjo la conquista de Baleares. El pretexto para la anexión de las islas residía en la acusación de que servían para refugio de piratas que estaban obstaculizando el comercio por el Mediterráneo occidental. A su vez, Roma había desplazado muchas tropas de Italia durante las guerras contra celtíberos y lusitanos y el Estado no disponía de tierras suficientes en Italia para distribuir a los soldados veteranos que pretendía licenciar. 
El hábil manejo de la honda de los baleáricos, en cuyo dominio se ejercitaban desde niños, no pudo impedir que las tropas de Cecilio Metelo desembarcaran y se adueñaran de las islas el año 123 a.C.. Estrabón nos dice que Metelo llevó como colonos a 3.000 romanos de Iberia. Estos romanos, antiguos componentes de tropas legionarias, fueron asentados en las colonias latinas de Palma (Palma de Mallorca) y Pollentia (Pollensa, en la misma isla). Los estudios sobre catastros romanos han comprobado que, efectivamente, en los campos cercanos a Mallorca, hay marcas de lo que fueron los lotes de tierras distribuidos a los soldados veteranos. 
Con estas intervenciones, las islas recibieron un contingente de itálicos mayor que otras partes de la Península. Tales ciudades sirvieron pronto de modelo de referencia para el resto de las ciudades de las islas. Aunque los baleáricos siguieron teniendo fama de excelentes honderos, ello no debe entenderse como expresión de la pervivencia de costumbres bárbaras, pues, antes de la llegada de los romanos, las islas habían estado bajo la influencia cultural de Cartago: basta sólo con recordar a la ciudad púnica de Ibiza, uno de los centros más activos de la civilización y economía cartaginesa.

ArteHistoria

lunes, 6 de agosto de 2018

Honderos baleares

Si indagamos en la historia de los primeros pobladores, encontramos que ya desde muy jóvenes eran adiestrados para manejar el lanzamiento con la honda. Según la leyenda, los padres colocaban la comida de sus hijos sobre ramas de árbol y éstos si querían comer debían derribarla con la honda, sino ese día no comían. De este modo les inculcaban que la honda debía de ser una extensión de su cuerpo, ya que si aprendían a manejarla a la perfección, podrían sobrevivir cazando y defenderse de ataques enemigos. Para ser admitidos en los grupos guerreros, se colocaban objetos en diversos lugares y el aspirante a guerrero debía derribarlos todos. Si lo hacía era nombrado guerrero y reconocido por el poblado. Si fallaba, debía seguir practicando hasta poder realizar la prueba con éxito.

Los guerreros honderos eran muy conocidos por su habilidad y destreza. Cada guerrero llevaba sobre su cuerpo tres hondas, una enrollada en la muñeca a modo de brazalete que era usada en distancias cortas, otra enrollada en la cabeza a modo de cinta que se usaba para lanzamientos de alcance medio y por último, una atada a la cintura a modo de cinturón que era usada para lanzamientos más largos y potentes. Dichas habilidades eran admiradas por los historiadores romanos y griegos, ya que eran guerreros de gran coraje y puntería, por ello eran conocidos por todo el Mediterráneo.
Hay que decir que los honderos baleares, lucharon como mercenarios en las dos primeras guerras púnicas, a las órdenes de Amilcar Barca, de Asdrubal, y también lucharon posteriormente a las órdenes de Anibal, repudiando los ataques del ejército romano en la península ibérica, hasta acorralarlos. Cuando el Cónsul de Roma, Cecílio Metelo intentó conquistar las islas Baleares, los guerreros usando únicamente la honda y piedras como proyectiles hundieron varias naves romanas haciendo blanco en la zona sumergida de éstas. Esto le hizo retroceder siendo derrotado por la precisión de los proyectiles de los isleños. Pero dos años más tarde, después de haber recubierto sus naves con pieles, Cecilio Metelo regresó a las Baleares y esta vez las piedras no pudieron atravesar la coraza de cuero. Roma conquistó las islas Baleares en el año 123 a.d.C., fundando las dos ciudades principales de la época en Mallorca, Palma y Pollentia (ésta última la fundó porque estaba más cerca de Roma desde la isla).
Julio César, emperador de Roma, era conocedor de las hazañas de los guerreros baleares, y solicitó sus servicios como primera línea de infantería en las guerras contra la  Galia; una de las últimas confrontaciones en las que combatieron los honderos baleares. En las ciudades, los romanos crearon escuelas y los campos comenzaron a ser cosechados, dejando la honda a un lado y dando paso a la agricultura. En algunos asentamientos talayóticos de la isla de Ibiza, se han hallado proyectiles metálicos más pesados y con formas más aerodinámicas,  que, sin duda, permitían lanzamientos más largos, potentes y precisos que con los realizados con piedras.

(La realidad oculta)

martes, 12 de diciembre de 2017

Palmería - Palma de Mallorca

Indignados por la piratería balear, Roma mandó una expedición encabezada por el cónsul romano Quintus Cecilius Meteleus para enseñarles a los isleños el error de sus acciones. Conociendo bien la fama de los honderos mallorquines en las batallas, el cónsul tomó la precaución de cubrir sus barcos con piel. Esto aminoraba el impacto de las piedras tiradas por los honderos y llevo a la victoria de los romanos, aunque había tardado dos años en llegar tal era la ferocidad y puntería de los defensores de la Isla.
Dos mil Romanos fueron dejados en la Isla a los que se unieron tres mil colonos que se dispersaron por la Isla y que se asentaron alrededor del palacio de la Almudaina – la primera parte de la ciudad en ser amurallada – y en Pollentia en el noreste, sitio del asentamiento fenicio. Pollentia era el puerto para las ciudades romanas en el noreste del mediterráneo, Palmeria el puerto usado para comerciar con carthage y el resto de Africa. La carretera Palma – Pollença sigue la antigua vía romana muy de cerca, aunque el sitio de Tuccis, todavía no se ha identificado.
Palmeria era un campamento romano, fundado sobre los restos del asentamiento talayótico. Su posición estratégica trajo un incremento en el comercio y la prosperidad de las Isla. Nuevos métodos de labranza introducidos por los romanos llevo a la producción de trigo y vino. Los olivos fueron importados y floreció la producción de sal.

(Mallorca incógnita)

viernes, 11 de agosto de 2017

Pollentia - Alcudia

Pol·lèntia es la única ciudad romana que se puede visitar actualmente en Mallorca.
Fue fundada por Quinto Cecilio Metelo en el año 123 a.e.c. sobre un antiguo poblado talayótico. La mayoría de sus restos son de época imperial.
Según algunos documentos que hablan de una luz en Pol·lèntia, en esa época se debió construir el primer faro de la isla. Se desconoce el emplazamiento exacto, pero se sabe que el faro se instaló en el lado orientado hacia Roma.
En el siglo III con la crisis económica se redujo su perímetro y la construcción de una muralla. Con la caída del Imperio desaparece como núcleo.
Las excavaciones de Pol·lèntia se iniciaron hacia 1920 y continúan en la actualidad. La parte visitable comprende un pequeño fragmento de muralla, ruinas de tres mansiones y una calle porticada. Se accede al conjunto por Sa Portella. 

(Tarraconensis)

jueves, 10 de agosto de 2017

Teatro de Pollentia - Alcudia

Las excavaciones de Pol·lèntia se iniciaron hacia 1920 y continúan en la actualidad. La parte visitable comprende un pequeño fragmento de muralla, ruinas de tres mansiones y una calle porticada. Se accede al conjunto por Sa Portella.
Hay que destacar también su teatro romano, el único que se conserva en las Illes Balears. Se construyó en el siglo I y contaba con un aforo de cerca de dos mil personas. Actualmente pueden apreciarse parte de las gradas y del escenario.
Es interesante visitar el Museu Monogràfic de Pol·lèntia.
El acceso a Pol·lèntia está en Sa Portella, barrio situado en el extremo noroeste de Alcúdia.


(Tarraconensis)



viernes, 26 de mayo de 2017

Ebussus - Ibiza

A finales del S. III a.C. La isla fue atacada por los romanos después de la batalla naval en la desembocadura del Ebro, según las fuentes escritas. Tras tres días de ataques y temiendo la llegada de la flota cartaginesa los romanos se retiraron dejando la isla asolada por sus saqueos.
Después de la destrucción de Cartago en el año 146 a. C., la ciudad mantuvo su autonomía política y comercial y continuó, incluso con mayor intensidad, la actividad comercial e industrial como ciudad federada de Roma, federación de la que no se conoce el año de inicio. Esta etapa finalizó cuando Vespasiano la convirtió en municipio romano en el año 70, con el nombre de Municipius Flavius Ebusitanum y conocida normalmente como Ebusus.
Comenzó entonces un periodo de decadencia que duró casi toda la fase imperial romana hasta la llegada de los vándalos en el año 424, y su posterior ocupación por los bizantinos y árabes.

(Wikipedia)

martes, 30 de junio de 2015

Puerto romano de Tarraco

El requerimiento de un puerto ubicado en un área donde fuera fácil establecer una defensa efectiva fue la causa fundamental por la cual los romanos decidieron instalarse en el lugar que actualmente ocupa la ciudad de Tarragona.
Luego de su llegada comenzaron la edificación de una ciudad amurallada que en su tiempo llegó a ser capital de la Hispania Citerior, una de las provincias romanas en territorio actualmente español.
Los romanos hicieron los diques iniciales donde levantaron una torre con su faro que actualmente es conocida como Farelló. En su inicio las intenciones de los romanos respecto a la ciudad eran estratégicas, pero con el transcurrir del tiempo, los intereses del comercio predominaron por encima de los militares. Las excelentes condiciones que representaban las comunicaciones con el valle del Ebro y la cercanía a las Baleares favorecieron el rápido desarrollo económico de la colonia romana. Pronto su puerto se transformó en un centro fundamental del comercio de la región desde donde partían hacia otras comarcas productos como el vino, aceites y trigo. Y arribaban desde Italia y la parte norte de África artículos de vidrio, cerámica y otras manufacturas.
Pronto se convertiría en una hermosa y floreciente ciudad, y el más importante puerto para la exportación de los vinos de la región. 

lunes, 23 de febrero de 2015

Teatro romano de Pollentia

El teatro romano de Alcudia o teatro romano de Pollentia fue construido a finales del siglo I en las afueras de la ciudad romana de Pollentia (la actual Alcudia, en la isla de Mallorca.
El teatro conserva restos de sus tres elementos básicos: las gradas (cavea), la orquesta semicircular (dedicada a acoger a los espectadores "VIP") y el escenario (scaena). El aforo era aproximadamente de unos 2.500 espectadores. El diámetro de este teatro es de unos 35 a 40 metros.

Descripción
Presenta la particularidad de aprovechar una pequeña colina como hacían los griegos y no construirse mediante la superposición de bóvedas de hormigón como hacían los arquitectos romanos. Tal vez presentaría un velum para preservar el público del sol o de la lluvia, que es firme en los extremos altos de la grada. Conserva seis filas de las gradas y parte de los asientos más cercanos al escenario (llamado proedria), que tienen planta semicircular. En el teatro romano de Pollentia la zona destinada al público consta de tres partes: La más próxima al escenario era la prima cavea, más arriba estaba la media cavea y en la parte superior del teatro la parte llamada summa cavea. Los espectadores que tenían un cargo público o eran militares se sentaban normalmente en la prima cavea. Los altos magistrados y notables se sentaban en la orquesta, también conservada, una zona justo delante del escenario, entre éste y las gradas.
En general, en los teatros romanos las diferentes zonas del público correspondían a posiciones sociales diferentes, más poderosas cuanto más cerca del escenario estuvieran.
El teatro griego de Alcúdia conserva también el escenario, que es de tipo rectangular y que, como las gradas, aprovecha la roca de la colina en su construcción. Se encontraba un poco más elevado que la orquesta. Consta de un Proscenium con cinco agujeros para encajar pilares de madera. En la parte posterior, este escenario seguramente tuvo un muro de madera, aunque en otros teatros este scaena frons iba ricamente decorado con mármoles, columnas y estatuas.

Otros usos
El teatro romano de Alcudia ejerció la función que le es propia, acoger representaciones teatrales, del siglo I al siglo III, momento en el que este espacio perdió su valor y fue utilizado como necrópolis de Pollentia. En esta época como necrópolis se excavaron tumbas trapezoidales tanto en el escenario como en las gradas.


(Wikipedia)