martes, 30 de abril de 2019

Turmuli - El Garro

Despoblado de Extremadura, cerca de la confluencia del río Almonte con el Tajo , donde hay vestigios de una ciudad antigua, a la que llamaron los romanos Turmuli. Se dice que después la abandonaron los vecinos, y se establecieron donde está ahora la villa de Garrobillas. 
Hay también en el Garro inscripciones miliarias de Augusto César y de Nerón. Cerca de este despoblado subsisten las ruinas de un puente romano sobre el rio Almonte.
Turmuli fue la tercera mansión del camino militar que iba desde Mérida a Zaragoza por Salamanca.

Ceán Bermúdez

domingo, 28 de abril de 2019

Gálea (Casco imperial)

El casco imperial o gálea es un tipo de casco militar romano usado por las legiones romanas de la época del Imperio. Sustituyó al Casco de Montefortino y al Casco Coolus.
Era de cuero, en lo cual se diferenciaba del cassis (que era de metal); sin embargo los escritores, aun los militares, no siempre observan esta distinción. Se sabe que en el ejército de Servio Tulio llevaban gálea los ciudadanos de las tres primeras clases, los cuales iban armados a la griega. Propercio (XIV, 10, 20) presenta a Rómulo llevando una galea lupina (casco de piel de lobo) y, en efecto, los vélites romanos llevaban una piel de este animal encima del casco y los augures, por una reminiscencia de una antigua costumbre, llevaban en la cabeza una piel de animal.
El arte plástico puso a ciertas figuras el casco metálico en forma de despojo de un animal, como se ve en el Hércules del frontón del templo de Afaya en Egina.

Wikipedia 

Las hispanoromanas y el trabajo - La nutrix

En la sociedad hispanoromana el principal cometido de la mujer libre era traer hijos a la familia y cuidarlos debidamente, educarlos en la tradición familiar. El niño es casi un juguete al que se le llama cariñosamente pupus o pupa
Uno de los oficios de mujer al cuidado de la infancia es el de su alimentación. En la primera infancia no sobrevivirían los niños que no recibieran leche materna. A veces la madre es sustituida en esta función, por razones de salud, muerte o conveniencias sociales. El ama de cría y el ama seca son dos figuras muchas veces citadas por los escritores antiguos como ayudantes inestimables en la crianza de los hijos de la clase alta. Plutarco dice que eran famosas las amas lacedemonias, por su carácter recto y sus sistemas de educación. En ocasiones se aconseja que esa función la ejerza la madre, pero no es lo habitual. 
Sorano expone cuidadosamente las exigencias del oficio de nutrix. Se buscan siempre las mejores cualidades morales y físicas, la limpieza y la honradez absoluta. Debía de tratarse de una actividad muy extendida por todas las provincias, porque las inscripciones dedicadas a estas mujeres son muy numerosas en proporción a los otros oficios. En su relación con los hijos de la familia se creaban lazos casi filiales, que hacían que la muerte de esta profesional fuera un momento doloroso para todos. Una parte de estas nodrizas pudieron ser indígenas.
En Hispania las nutrices ocupan un porcentaje respetable. Contamos con siete ejemplos, todos ellos de época imperial avanzada (siglos ii-m), momento en que se refortaleció la moda del cuidado del cuerpo de la mujer de alta clase social y era habitual dejar a los hijos en manos de las profesionales de la lactancia. Casi todas ellas proceden de centros urbanos: Fabia Tertulia de Barcino, Secundilla de Gades, Clovatia Irena de Mérida, Pontiena Novella, de Valera de Arriba (Cuenca), Briséis de Écija (Sevilla) y la menos segura Fabia Cellaria de Emérita. En Conimbriga apareció un epitafio de una mujer dedicada al oficio, pero cuyo nombre no se ha conservado. Esta cesión de las obligaciones maternas pudo ser una costumbre más urbana que rural. Aelia Lasciva, de 59 años de edad, era ama seca.
Lo normal es que en las casas de alto rango fueran las propias esclavas las encargadas de estas funciones, pero en otros hogares alquilaban los servicios de una mujer libre o de una esclava, a la que pagaban los emolumentos para las nutrices.

miércoles, 24 de abril de 2019

Scutum romano

Scutum romano es el término en latín del escudo imperial romano, con forma semi-cilíndrica que llevaban los legionarios romanos. El revestimiento central del escudo (denominado umbo) estaba construido de una aleación de cobre y de hierro. Se utilizaba de forma ofensiva, siendo lo suficientemente pesado y denso como para aturdir o desplazar a un oponente, lo cual facilitaba al legionario el siguiente ataque con su gladius.

SCUTUM ROMANO
Los legionarios solían avanzar de forma alterna con el scutum para luego, con el scutum ligeramente alzado para bloquear al oponente, atacar con la gladius. Los bordes del escudo también se forraban de metal para mayor protección, pudiendo también ser usados de forma ofensiva.
La forma del scutum permitía las formaciones compactas de legionarios. Mediante este sistema, se superponían los escudos de forma que diesen una mayor protección contra las armas arrojadizas. De estas posibles formaciones, la más famosa es la formación en testudo, en la que los legionarios colocaban los escudos de frente y hacia arriba, consiguiendo protección también frente a proyectiles lanzados en tiro parabólico o desde lo alto (como por ejemplo flechas, u objetos lanzados desde defensores desde lo alto de las murallas).

LEGIONARIOS ROMANOS EN POSICIÓN CON SCUTUM
El tamaño “estándar” del scutum va desde el hombro del legionario hasta la parte superior de su rodilla. Esta medida es eficiente y muy bien adaptada al modo de combate de la legión Romana, otorgando no solo una cobertura formidable sino que además resulta ideal para cubrir parte del cuerpo del compañero de fila en una formación cerrada, de la que los Romanos eran muy partidarios.

Tienda Medieval

Arthemisyum - Ateymus


Ateymus, pueblo pequeño del reino de Valencia en el partido de Denia, cerca de Gandía, Beuter le llama Arthemisyum, nombre que también dan a Denia y al Cabo-Martin en la Contestania, Tíene rastros de haber sido población romana, y un sepulcro a manera de torrecilla.
Parece haber pertenecido a la familia de los Bebios, de la cual hay otras lápidas en Murviedro, Valencia y Alicante. El año de 1506, estando labrando la tierra, se encontraren en el distrito de este pueblo, debajo de una piedra grande y redonda, tres excelentes bustos de mármol de un varón con casco, de una matrona romana, y de una joven con los cabellos trenzados, que el duque don Juan de Borja coloco en su palacio de Gandía.

Ceán Bermúdez

Ascua - Sierra de Ascoi

Sierra de Ascoi, en el reino de Murcia, cerca del rio Segura y de la villa de Cieza.
Hay al pie de ella vestigios de una antigua población que Tito Livio llama Ascua, ciudad de la Bastítanía, en la que dicen que Asdrubal dejó mucho trigo antes de entrar en el terreno de sus enemigos. 
Están los vestigios sobre unos cerros bajos inmediatos a la sierra, y son trazos de muralla antiquísima, otros ya petrificados de paredes, bajando de los mismos cerros hacia poniente, y tres sepulcros de piedra que se descubrieron el año de 1739 en una huerta de la villa de Cieza al oriente, muy poco distante de los dichos cerros. 
En uno de los sepulcros, que destrozaron, se encontró parte de una inscripción romana del tiempo de Trajano.

Ceán Bermúdez

martes, 23 de abril de 2019

Los campamentos romanos

El campamento romano era el centro principal de la estrategia militar pasiva o activa. Podían ser temporales, establecidos con algún propósito militar inmediato, o concebidos para acantonar a las tropas durante el invierno; en este caso se construían con argamasa y madera. 
También podían ser permanentes, con el objeto de someter o controlar una zona a largo plazo, para lo cual se solía utilizar la piedra para construir sus fortificaciones. 
Muchos campamentos se convirtieron en la práctica en centros estables de población, llegando a convertirse en verdaderas ciudades, como es el caso de León.

Wikipedia

Ares del Maestre - Castellón



Ares del Maestre, villa del reino de Valencia en el partido de Morella. 
Refiere el doctor Pero Antón Beuter en su crónica general, que los españoles erigieron en esta villa un templo a César Augusto. Si es cierto, estará sepultado debajo de tierra, y para descubrir sus cimientos seria preciso hacer excavaciones

Ceán Bermúdez

Arganda - Madrid


Arganda, villa de Castilla la nueva en la provincia de Madrid y partido de Alcalá de Henares, de la que dista cuatro leguas, y otras cuatro, de Madrid. Hay en ella rastros de un edificio romano a manerá de castillo, y en la parroquia de esta villa, se conserva una ara que sirve de peana a la pila del agua bendita.
Dicen que se llevó allí esta ara del despoblado de Valtierra, que no esta lejos de la villa, y quieren que en este despoblado haya estado el municipio Varcilense. Pero otros afirman que fue de un campo llamado Varciles, distante seis millas de Toledo sobre el Tajo, donde aseguran subsisten ruinas de antigua ciudad. Sea de esto lo que fuere, lo cierto es que quien escribió sobre este asunto fue el conde de Mora, sectario de los embrollos del jesuíta Gerónimo Román de la Higuera
También dicen que se conserva en casa de un vecino de esta misma villa un trozo de columna miliaria, que asimismo quieren haya sido llevada del campo de Varciles.

Ceán Bermúdez

lunes, 22 de abril de 2019

Lorica segmentata

Lorica segmentata es el nombre que recibe la armadura que llevaron los legionarios romanos durante el Alto Imperio (siglos I a. C. - III d. C.). El nombre procede de la palabra latina para «segmentada», que hace referencia a la división en placas metálicas de la armadura. No se trata sin embargo del nombre original y se acuñó por vez primera en el siglo XVI, por lo que se desconoce el auténtico nombre que recibía la lorica segmentata en la época romana.
La lorica segmentata se componía de varias bandas metálicas (generalmente de hierro) que se disponían sobre el cuerpo del soldado en posición horizontal, rodeando su pecho y espalda. Estaban unidas por dentro gracias a unas bandas de cuero verticales, que estaban clavadas a cada una de las bandas metálicas. La armadura podía abrirse desde un costado para que el soldado pudiera quitársela. Además, constaba de otras bandas metálicas en posición vertical que se situaban sobre los hombros y protegían estos. Los brazos estaban desprotegidos, aunque esto no era de gran importancia, dado que, en formación compacta, el escudo se portaba en el izquierdo y el gladius desenvainado en el derecho, pegado a la cadera, quedando así ambos protegidos.
Tradicionalmente se asumía que este tipo de armadura confería mucha mayor protección que la cota de malla, permitiendo también libertad de movimientos. Sin embargo algunos autores recientes han planteado que la protección brindada por lorica segmentata no era significativamente superior al de la cota de malla, armadura que es posible que los legionarios prefiriesen en algunos ambientes y en algunas zonas del imperio.
Las lorica segmentata evolucionaron a lo largo del tiempo, reconociéndose al menos tres tipos que se sucedieron entre el 20 a. C. y el 250 d. C. Sólo los legionarios, y a veces los pretorianos, llevaban este tipo de armadura: las fuerzas auxiliares, en cambio, portaban la lorica hamata (cota de malla) o bien la lorica squamata (armadura de escamas de metal superpuestas). 
Debido a su particular estructura, la construcción de la lorica segmentata era la que requería una mayor experiencia del herrero y por tanto costaba más dinero. A esto se debió el hecho de que entre los siglos II y III, debido a las constantes crisis económicas, este tipo de armadura desapareciese y las tropas romanas pasasen a portar únicamente cota de malla o dejasen de llevar protección, lo que causó a su vez una mayor vulnerabilidad del ejército en un periodo durante el cual se sucedía una invasión bárbara tras otra.

Wikipedia 

Licon - Lobón

Lobon, villa de la provincia de Extremadura en el partido de Mérida, distante un cuarto de legua de esta ciudad. Permanecen en su recinto las ruinas de la antigua Licon, donde los lusitanos derrotaron al propretor L. Emilio Paulo el año 190 antes de la era cristiana. 
Tiene rastros de población antigua.

Ceán Bermúdez

Roma en las Baleares

Poco antes de la conquista de Baleares, el Estado romano había iniciado un proceso de transformación que durará un siglo y que culminará con la aparición del régimen imperial. Todo ese período final de la república romana es conocido con diversas etiquetas como las de crisis de la república o republica tardía. Lo más significativo del mismo está marcado por la lucha abierta entre las dos tendencias políticas dominantes: la de los populares o defensores de acelerar los cambios políticos para adaptarlos a las nuevas realidades sociales y, por lo mismo, más partidarios de gobernar con el apoyo de la asamblea del pueblo, organizada por tribus, frente a los optimates o representantes de los sectores más conservadores. Los comienzos de este período se vinculan a las figuras de los hermanos Graco, hijos de Tiberio Sempronio Graco, quien había sido gobernador de la Hispania Citerior los años 180-179. El mayor de los hijos, Tiberio, siendo tribuno de la plebe en Roma el 133 a.C. pretendió adaptar el aparato del Estado a las nuevas realidades con propuestas como la fundación de colonias romanas fuera de Italia, repartos de tierra a los sectores ciudadanos empobrecidos y ampliación del privilegio de la ciudadanía romana a muchas ciudades de derecho latino. 
En ese marco de nuevas propuestas políticas se produjo la conquista de Baleares. El pretexto para la anexión de las islas residía en la acusación de que servían para refugio de piratas que estaban obstaculizando el comercio por el Mediterráneo occidental. A su vez, Roma había desplazado muchas tropas de Italia durante las guerras contra celtíberos y lusitanos y el Estado no disponía de tierras suficientes en Italia para distribuir a los soldados veteranos que pretendía licenciar. 
El hábil manejo de la honda de los baleáricos, en cuyo dominio se ejercitaban desde niños, no pudo impedir que las tropas de Cecilio Metelo desembarcaran y se adueñaran de las islas el año 123 a.C.. Estrabón nos dice que Metelo llevó como colonos a 3.000 romanos de Iberia. Estos romanos, antiguos componentes de tropas legionarias, fueron asentados en las colonias latinas de Palma (Palma de Mallorca) y Pollentia (Pollensa, en la misma isla). Los estudios sobre catastros romanos han comprobado que, efectivamente, en los campos cercanos a Mallorca, hay marcas de lo que fueron los lotes de tierras distribuidos a los soldados veteranos. 
Con estas intervenciones, las islas recibieron un contingente de itálicos mayor que otras partes de la Península. Tales ciudades sirvieron pronto de modelo de referencia para el resto de las ciudades de las islas. Aunque los baleáricos siguieron teniendo fama de excelentes honderos, ello no debe entenderse como expresión de la pervivencia de costumbres bárbaras, pues, antes de la llegada de los romanos, las islas habían estado bajo la influencia cultural de Cartago: basta sólo con recordar a la ciudad púnica de Ibiza, uno de los centros más activos de la civilización y economía cartaginesa.

ArteHistoria

domingo, 21 de abril de 2019

Yacimiento de Campo de las Cercas - Puente viesgo

Localización
El yacimiento de Campo de las Cercas está ubicado entre las cuencas del Pas y del Besaya entre los municipios de Puente Viesgo y San Felices de Buelna en Cantabria.

Historia
El yacimiento de Campo de las Cercas es básicamente un campamento romano de gran tamaño. En él se encuentran dos habitaciones rectangulares con esquinas redondeadas.
El tamaño de esta área arqueológica es de 18 hectáreas en las que se encontraron estructuras defensivas tales como rectilíneos, sistemas de fosos, puertas en clavícula, entre otros.
En este lugar se han hallado materiales arqueológicos como fíbulas, monedas y un glande de plomo de honda.
Estos yacimientos arqueológicos tuvieron su máximo apogeo durante las Guerras Cántabras que se llevaron a cabo entre los año 29 al 19 antes de Cristo
A pesar de haber notado su presencia por muchas personas con anterioridad fue Eduardo Peralta Labrador quien realizo las primeras excavaciones.
El Conjunto Arqueológico formado por el Campo de Las Cercas fue declarado como Bien de Interés Cultural de Cantabria, con la Categoría de Zona Arqueológica declarado por Decreto el 6 de junio del 2002.

Servicios
Espacio abierto al público en general.

Viajar por Cantabria

El pugio romano

El pugio era el puñal usado por los soldados de las legiones de la República romana desde los alrededores del año 100 a. C. al 100 d. C.. Los romanos lo adoptaron de los pueblos hispanos, del mismo modo que el gladius hispaniensis. La hoja medía unos 24 cm de largo por 6 de ancho. Resultaba un arma ideal para apuñalar, y podía, con una buena acometida, perforar una cota de malla. Esto se debía a que poseía un nervio central que dotaba a la hoja de resistencia y firmeza.
El pugio era un arma auxiliar o de último recurso, y estaba expresamente hecha para clavar.
Respecto a la etimología de la palabra, probablemente «pugio» procede de la raíz proto-indoeuropea «peug-», que significa «apuñalar, pinchar» o «dar un puñetazo»; es la misma raíz que se encuentra en otras palabras latinas como «púgil» (boxeador), «pugnus» (puño) o «pugna» (pelea a estocadas o pelea a puñetazos), y en el término griego «pygmé» (puño). Hay lingüistas que proponen la etimología de «pugio» como «arma que se agarra con el puño».
Fue usado por otros guerreros contemporáneos, como el guerrero ibero.

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Batalla de Monte Bernorio - Palencia

En el siglo I a.C., el Imperio romano comenzó su asalto definitivo a los territorios dominados por cántabros y astures, llevado a cabo por el emperador César Augusto. En las proximidades de Pomar de Valdivia se hallaron los restos de un campamento romano de grandes dimensiones, uno de los más grandes de Europa, estudiado por Eduardo Peralta Labrador, desde el cual se llevó a cabo el ataque y destrucción de la fortaleza de Monte Bernorio, parece ser que a cargo de la poderosa Legio IIII Macedonica. Por las dimensiones de este campamento, Peralta mantiene que tuvo que ser ocupado, como mínimo, por dos legiones.
La gran cantidad de proyectiles de artillería romana hallados en la zona dejan constancia de que el asedio a que fue sometido el castro se produjo a gran escala, como lo prueban las puntas de flecha, puntas de proyectil de ballesta y bolas de piedra de distintos calibres encontrados. También se han encontrado evidencias de que el núcleo principal fue destruido por un incendio, posiblemente provocado tras su toma.
Tras el sometimiento definitivo de los cántabros, los romanos aprovecharon las cimentaciones ya existentes para convertir la zona de la Acrópolis, en un castellum, que ocuparon desde el siglo I a. C. hasta el siglo I, aprovechando su situación estratégica para ejercer el control de todo el territorio adyacente.

Wikipedia 

Altea - Alicante

Altea, villa del reino de Valencia, partido de Denia situada entre Cabo,Martín y Alicante, cerca de la costa del Mediterráneo. 
A la distancia de poco mas de un cuarto de legua y al norte hay un partido de tierras que llaman Altea la vieja, en el que se ven vestigios de fabricas romanas y piedras labradas, y en donde se encontró una urna cineraria en forma de pedestal, que tiene en el neto un pájaro y otros signos realzados del sacrificio. Es de mármol azulado, obscuro, y consta de 2 pies y 2 pulgadas de alto, 2 y 6 líneas de ancho, y de 11 y 3 líneas de grueso.
También se hallan antigüedades romanas en otros puntos de la jurisdicción de esta villa: en la partida de Cap-Negrete, distante un cuarto, de legua y al levante de ella, pasado el rio, trozos de inscripciones, ladrillos grandes, fragmentos de urnas, ánforas, barros saguntinos y monedas; y lo mismo en las otras colinas de la otra parte del rio. Hay quien sostiene con crítica y juiciosas observaciones que todos estos vestigios y ruinas son de la famosa y antigua ciudad de Altea, capital de los olcades, cuya region se extendía hasta las costas del Mediterráneo; pero esta villa pertenece a la de los contéstanos.

Ceán Bermúdez

sábado, 20 de abril de 2019

Alconchel - Castilla La Mancha

Alconchel, pueblo de Castilla la Nueva en la provincia de Cuenca, partido de San Clemente, distante poco mas de una legua de los de Montalbanejo y Villar de Cañas, y un cuarto de legua de un cerro de su jurisdicción, en el que está la ermita de nuestra Señora de la Cuesta. En este mismo cerro quieren los que siguen la opinión del P. M. Bisco, de que hubo Munda y Certima celtibéricas (como se explica en el artículo Bayona, otro cerro de esta misma provincia), haber estado la poderosa Certima de los celtíberos, como la llama Tito Livio. Por el norte, poniente y mediodia es inaccesible el tal cerro a causa de su elevación y pendiente subida; pero es suave la de oriente. En el propio sitio en que está la ermita hay un aljibe de hormigón, y ruinas de edificios, cascotes y barros saguntinos, en prueba de haber habido allí población romana. Eran dos sus entradas o puertas hacia el oriente y occidente, y para facilitar la subida por este lado pusieron escalones de piedra, cuyos cimientos todavía se conservan y tienen el mismo uso. 
Aun se conoce la calzada romana que iba desde el cerro, llamado ahora Cabeza del Griego, hacia Alconchel, de la cual el emperador Hadriano reparé los pasos, según constaba de una famosa lápida, cuya inscripcion copió el obispo de Salamanca don Juan Bautista Valenzuela y Velázquez. Sobre esta inscripción fundó su parecer el P. M. Risco acerca de las dos ciudades celtibéricas: Certima y Munda, fijando la primera en el cerro de nuestra Señora de la Cuesta, que dejamos descrito, y la segunda en el de Cabeza del Griego.

Ceán Bermúdez

Labitolosa - La Puebla de Castro

Estamos ante una ciudad romana que se abandonó y la mayor parte de su casco urbano nunca más fue reocupado; por tanto se puede trabajar en él con total libertad.
Tenemos una ciudad completa a nuestra disposición para excavar, que está bien localizada en el tiempo y que nos da idea de la vida romana.
Ha deparado unos hallazgos de edificios públicos, fundamentalmente las termas y el foro, realmente espectaculares, con un corpus epigráfico, es decir, de inscripciones romanas, importantísimo, localizados algunos de ellos in situ.
En la zona más elevada, en lo que fue un día el núcleo originario de la ciudad durante la época Bajo-republicana romana, el siglo I a. de C., y después en el siglo VIII se reocupó con un emplazamiento castral, de cronología andalusí que por los hallazgos creemos que tiene un final a finales del siglo XI.
Lo más interesante de esta fortaleza es su planta regular de trapecio. Desarrollar una planta regular en un sitio tan escarpado es difícil. Además de eso tiene una estructura modular y obedece a un modelo constructivo e incluso también a una metrología propia de la época califal andalusí, es decir, del siglo X.
En el centro del casco urbano del núcleo de la ciudad hispano-romana de Labitolosa aparece un barrio de viviendas comunes. Este barrio de viviendas se comienza a construir a mediados del siglo I y está en funcionamiento hasta el final de la ciudad, a finales del siglo III.

Gobierno de Aragón - Director:Mª Ángeles Magallón y José Ángel Asensio

Villas romanas

Uno de los grandes atractivos que nos ofrece la arqueología romana son las fastuosas villas campestres de los romanos terratenientes, que hallaremos diseminadas en diferentes lugares de la geografía peninsular. Las villas romanas en Hispania no debía diferenciarse sustancialmente de las demás villas del Imperio Romano.
Aunque parezca obvio para muchos, debe recalcarse que la palabra villa en este caso no se utiliza como sinónimo de ciudad, sino de una gran casa o mansión en el campo vinculada a las labores agrícolas. Hoy, lo más cercano que encontraremos son los cortijos, masías o haciendas.
Estas villas poseían una pars urbana (la parte residencial) y una pars rustica (la parte dedicada a la actividad agrícola). Frecuentemente se distingue dentro de la pars rustica la pars fructuaria. Ésta estaría dedicada a la producción y almacenamiento de los productos agrícolas y sus derivados: zona de molienda, lagares de vino y aceite, bodegas, etc.
La pars urbana de muchas de estas villas; cuando el espacio, la orografía, el dinero y el gusto del dominus lo permitieran, seguían un esquema de distribución muy parecido. En los “Diez Libros de Arquitectura” de Vitruvio podremos encontrar una serie de pautas sobre cómo se debían construir y distribuir las estancias de estas villas. A pesar de la existencia de estas pautas, la originalidad en el diseño también estaba presente.
Es frecuente confundir el término domus romana con el de villa romana. La distinción es simple. Desde el punto de vista constructivo y distributivo, la pars urbana de una villa se asemejaría mucho a una domus. La mayor diferencia es que la domus se encuentra en una ciudad y la villa en el campo.
Valga el siguiente resumen para hacernos a la idea de qué estancias tendría una pars urbana de una villa romana estándar.
Vestibulum o Fauces: (Recibidor). Da al exterior del edificio y se comunica normalmente con un atrio. Si fuera una domus, a los lados del vestíbulo habría tabernae (tiendas).
Atrium: (Atrio). Pequeño patio tras el recibidor. En sus laterales podía dar acceso a los cubicula (dormitorios). Solía tener un impluvium, una pila central a la que caía el agua de lluvia que descendía desde el techo inclinado a un agua, que circundaba un espacio abierto llamado compluvium.
Tablinum: Estancia donde se recibía a los invitados o para audiencias, a la que se accedería a través del atrio.
Peristilum: Por extensión, gran jardín (hortus) con peristilo porticado, situado generalmente detrás del tablinum. Da acceso a las estancias más privadas de la pars urbana.
Oecus: Gran sala noble destinada a recepciones de mayor importancia. Se encontaría frente al tablinum cruzando el jardín del peristilo. A veces se usaría como comedor. Muchas villae no tendrían esta sala y las recepciones se llevarían a cabo únicamente en el tablinum. A veces a esta sala se le llama exedra en atención al acabado en semicírculo (en forma de ábside), cuando lo tuviera.
Triclinium: (Comedor). Una de las salas imprescindibles. Frecuentemente la encontramos junto al oecus o el tablinum. No resulta raro ver más de un triclinium en una domus: uno pensado para ser usado en los meses estivales y otro para los demás. El nombre le viene dado porque solían disponerse tres lechos en forma de “U”, sobre los que, recostados, comían los comensales.
Culina: (Cocina). Se encontrará relativamente cerca del triclinium, pero en un lateral del peristilo.
Cubiculum: (Dormitorio). Se accede a él o a ellos (plural = cubicula), bien desde el peristilo, bien desde el atrio.
Normalmente, la pars urbana consistía de una única planta. No obstante, existen ejemplos con más de una (p.e. São Cucufate, Vidigueira, Portugal).
La luz entraba a los cuartos a través del atrio o del peristilo. No solía haber ventanas que dieran al exterior del recinto para preservar la intimidad.
Estas villas romanas solían contar, además, con instalaciones termales privadas provistas de sus hornos e hipocaustos; de una sala fría, templada y caliente.

La pars rustica podía tener, entre otros espacios:
Áreas para trillar el cereal
Zonas de molienda
Lagares de vino y/o aceite y prensas
Bodegas
Hórreos (silos)
Almacenes diversos (para aperos, para materiales)
Cisternas, pozos y balsas de agua
Viviendas para la servidumbre / esclavos
Pilas y tanques para salazones (aquellas villas que estuvieran junto a la costa)
En algún caso hornos de cerámica y espacios auxiliares
No siempre se encuentran en condiciones de ser visitadas.

Guía Arqueológica de la Península Ibérica 

viernes, 19 de abril de 2019

Falarica romana


La falarica era una saeta grande, viga de hierro largo, y cuadrado a la punta, que se envolvía con estopas empapadas en pez, y otras sustancias combustibles, para incendiar torres de asalto: Phalarica erat Saguntinis missili telum.

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Batalla de Turda

La batalla de Turda fue una de las batallas de la revuelta de 197 a. C. de los pueblos íberos contra la dominación romana en el siglo II a. C.

La batalla
Numerosos jefes locales se rebelaron en la Hispania Ulterior y La república envió a Cayo Sempronio Tuditano a la Hispania Citerior y Marco Helvio Blasión a la Hispania Ulterior.Cayo Sempronio Tuditano murió por heridas de combate en la Citerior antes de terminar el año 197 a. C.,​ pero Quinto Minucio Termo derrotó en el 196 a. C. a los insurrectos Budar y Besadino en un lugar indeterminado llamado Turda, consiguiendo además tomar como prisionero al general Besadino.

Wikipedia 

Argilla - Archena

Archena, villa en la vega del reino y partido de Murcia. Cerca del rio Segura y de Orihuela., llamáronla los romanos Argilla, según algunos, y pertenecía a la región de los bastitanos. Permanecen en ella, vestigios muy señalados de su antigua población y de sus termas, como son fuertes paredones de argamasa, restos de un castillo de la misma materia, basas de columnas de piedra muy parecida al granito, y trozos de las que sostuvieron las termas u otro edificio público. Se encontraron en su terreno monedas imperiales, como una de Tiberio acuñada en Segobriga, jarros de barro ligeros, firmes y delgados como un cartón, picheles verdes y amarillos de lo mismo con cuello y asas elegantes. En uno se figura una liebre corriendo, acosada de un perro; en otros el ápice y demás signos pontificios; y trozos de platos, tazas, ánforas, urnas y lucernas, todos marcados con las cifras de los alfareros saguntinos.
No hace muchos años que se desenterró en el baño que llaman de los hombres una lápida que decía en substancia, que "Caio Cornelio Carito y Lucio Heio Labeon, duumviros, restablecieron los baños por decreto de los decuriones."

Ceán Bermúdez

jueves, 18 de abril de 2019

Los municipios romanos

Aunque la influencia romana tuvo gran repercusión en las ciudades ya existentes en la península, los mayores esfuerzos urbanísticos se centraron en las ciudades de nueva construcción, como Tarraco (la actual Tarragona), Augusta Emerita (hoy Mérida) o Itálica (en el actual Santiponce, cerca a Sevilla).
Los municipios romanos o colonias se concebían como imágenes de la capital en miniatura. La ejecución de los edificios públicos corría a cargo de los curatores operatum o eran regentados directamente por los supremos magistrados municipales.
Para emprender cualquier obra a cargo de los fondos públicos era necesario contar con la autorización del emperador. El patriotismo local impulsaba a las ciudades a rivalizar para ver cuál construía más y mejor, animando a los vecinos más pudientes de los municipios. La sed de gloria hacía que sus nombres pasasen a la posteridad asociados a los grandes monumentos.
Las obras públicas acometidas con fondos particulares no estaban sometidas al requerimiento de la autorización del emperador. Los urbanistas decidían el espacio necesario para las casas, plazas y templos estudiando el volumen de agua necesario y el número y anchura de las calles. En la construcción de la ciudad colaboraban soldados, campesinos y sobre todo prisioneros de guerra y esclavos propiedad del estado o de los grandes hombres de negocios.

Wikipedia

La Granja - Plasencia

Pueblo pequeño de Extremadura en el partido de Plasencia, distante una legua de Abadía y dos de Capara. Conserva en su recinto fragmentos de adornos de arquitectura romana, y algunas inscripciones de emperadores que mandaron construir y reparar la calzada o Via Lata que iba de Mérida a Salamanca.

(Ceán Bermúdez)

Espada falcata ibérica

Una falcata es una espada ibera originaria de la época pre-rromana utilizada en la conquista de Hispania (218 a.C.- 19.a.C.). Tiene una forma curva hay muy pocas espadas históricas que se parezcan a ella ya que la forma de su hoja y de su empuñadura son muy peculiares.

Características de la espada falcata
La hoja: la falcata se presenta con una hoja curva asimétrica de un solo filo. La hoja es más ancha en la parte mas cercana a la punta y menos ancha cerca de la empuñadura. Estas características hacen que un golpe de esta espada podía resultar fatal para el oponente ya que su punto de equilibrio se encuentra cerca de la mitad de la hoja dando más potencia de impacto. Su hoja no es larga, por lo que era bastante fácil de manejar. Su hoja es perfecta para golpear cortando y muy eficaz en la estocada.
La empuñadura: la falcata presenta una de las empuñaduras mas elaborada entre las espadas de esta época. Solía presentar un diseño de un caballo u otro animal y cerraba en la parte de los dedos, ofreciendo protección y dando una pequeña ventaja en el combate cuerpo a cuerpo, dando la posibilidad al guerrero de golpear el oponente con la mano de forma segura. La palma de la mano solía apoyar en una base de marfil o de hueso.

Tienda medieval

miércoles, 17 de abril de 2019

Batalla de Iliturgi - Jaén

La batalla de Iliturgi fue una de las batallas de la revuelta de 197 a. C. de los pueblos íberos contra la dominación romana en el siglo II a. C.

Antecedentes
a victoria de la república de Roma sobre Cartago en la segunda guerra púnica dejó Hispania en manos romanas. La transformación del territorio en provincia provocó importantes cambios administrativos y fiscales, y la imposición del stipendium no fue aceptada por las tribus locales que todavía gozaban de una cierta estructura política y capacidad de reacción, de modo que en el 197 a. C., recién terminada la segunda guerra macedónica, estalló una gran revuelta en toda el área conquistada en Hispania a causa del expolio republicano.

La batalla
Numerosos jefes locales se rebelaron en la Hispania Ulterior y La república envió a Cayo Sempronio Tuditano a la Hispania Citerior y Marco Helvio Blasión a la Hispania Ulterior. Cayo Sempronio Tuditano murió por heridas de combate en la Citerior antes de terminar el año 197 a. C.. pero Quinto Minucio Termo derrotó en el 196 a. C. a los insurrectos en la batalla de Turda.​ Marco Helvio Blasión fue atacado por 20 000 celtíberos en Iliturgi, consiguiendo derrotarles y causarles 12 000 bajas.

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Alcora - Valencia

Alcora, villa del reino de Valencia, partido de Peñíscola. Cerca de ella, en un despoblado que llaman La Santa, hay ruinas de antigua población romana, que pertenecería a la región de los ilercaones, y se conservan una porción de piedras labradas, a pesar de las muchas que se llevaron a los pueblos comarcanos para construir sus iglesias y casas, y una multitud de barros saguntinos, trozos de ánforas de barro, medallas y lápidas de mármol negro con inscripciones.

Ceán Bermúdez

martes, 16 de abril de 2019

Lenciana - Herrera del Duque

Herrera del Duque , villa de la provincia de Extremadura en el partido de Trujillo. Se asegura que estuvo en ella la ciudad de Lenciana, de- la que mantiene reliquias y escombros. 
Fue Lenciana la cuarta mansión del camino militar que iba desde Mérida a Zaragoza, pasando por Toledo.

Ceán Bermúdez

Roma copia las armas a Hispania

El «gladius» era la espada básica de los soldados romanos. De una longitud aproximada de medio metro y una hoja recta y ancha de doble filo, se trata de una adaptación de las espadas cortas usadas por los mercenarios celtíberos («gladius hispaniensis») al servicio de Aníbal durante las Guerras Púnicas.
Las celtiberas –usadas para lanzar ataques con gran rapidez, en especial estocadas– causaron gran impresión a los romanos que nunca había visto armas tan letales. Cabe recordar que estaban compuestas de un hierro de alta calidad, que se trataba de una manera especial.
Progresivamente el «gladius» fue sustituido por la «spatha», copiada de los bárbaros germánicos. No en vano, el «gladius» había desplazado a su vez a la «falcata» también de origen hispano. La «falcata» era un tipo de arma blanca, similar a los actuales machetes en su forma y longitud, que se fabricaba con acero originaria de Iberia, y por tanto relacionada con las poblaciones nativas ibéricas anteriores a la conquista romana. Fue muy usada entre los pueblos íberos, siendo la espada de «antenas» más común en la zona céltica de la Península.

ABC

Batalla de Emporion

La batalla de Emporion fue una de las batallas de la revuelta de 197 a. C. de los pueblos íberos contra la dominación romana en el siglo II a. C.

La batalla
El ejército sublevado que sitiaba Emporion, de unos 40 000 hombres, se disolvió parcialmente en la temporada de la siega, momento aprovechado por Marco Porcio Catón para atacar el campamento, encontrándose los ejércitos a nueve o diez millas.
Durante la noche, Catón tomó la posición más ventajosa, manteniendo una legión de reserva, y situando la caballería en los extremos de la línea y la infantería en el centro. A primera hora envió tres cohortes, que una vez que llegaron a la valla del campamento íbero simularon retirarse, de manera que los íberos los persiguieron de forma desordenada,  momento en que la caballería romana apareció por su flanco derecho; sin embargo la derecha fue superada y se retiró, y una parte de la infantería también,[ de manera que Catón tuvo que enviar dos cohortes de socorro para rodear a los atacantes por la derecha. Estando igualada la batalla, por la noche, Catón atacó en cuña con tres cohortes, consiguiendo la desbandada de los íberos.[
Catón ordenó formar al ejército y atacó de noche el campamento enemigo. La legión de refresco llegó, y sus asteros y principes se concentraron en una de las puertas del campamento, hasta que lograron entrar; aprovechando la confusión, el resto de la legión acabó con los defensores.

Consecuencias
Marco Porcio Catón el viejo consiguió en pocos días la pacificación de toda la franja costera, dirigiéndose hacia Tarraco, y de allí a Turdetania en apoyo de Publio Manlio, y al volver de la expedición se le sometieron lacetanos, suessetanos y ausetanos. Atacó a los lacetanos, sitiando su capital amurallada, y a los bergistanos, que todavía resistían en su ciudad de Bergium. Los romanos ordenaron que los íberos hundieran las murallas bajo pena de ser reducidos a la esclavitud, y lo hicieron los oppida de los alrededores del Ebro. Los poblados del interior de lo que ahora es Cataluña desaparecieron definitivamente.

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lunes, 15 de abril de 2019

La revuelta ibera

La revuelta íbera (197-195 a. C.) fue una rebelión de los pueblos íberos de las provincias Citerior y Ulterior, creadas poco antes en Hispania por el Estado romano para regularizar el gobierno de estos territorios, contra esa dominación romana en el siglo II a. C.
A partir de 197 a. C. la República romana dividió sus conquistas en el sur y este de la península ibérica en dos provincias: Hispania Citerior e Hispania Ulterior, cada una de ellas gobernada por un pretor. Aunque varias causas se han planteado como posibles responsables del conflicto, la más aceptada es la derivada de los cambios administrativos y fiscales producidos por la transformación del territorio en dos provincias.
Iniciada la revuelta en la provincia Ulterior, Roma envió a los pretores Cayo Sempronio Tuditano[ a la provincia Citerior y Marco Helvio Blasión, a la Ulterior. Poco antes de que la rebelión se propagase hasta la provincia Citerior, Cayo Sempronio Tuditano murió en combate. Sin embargo, Marco Helvio Blasión, que al llegar a su provincia se dio de bruces con la revuelta, consiguió una importante victoria sobre los celtíberos en la batalla de Iliturgi.  La situación seguía lejos de estar controlada, y Roma envió a los pretores Quinto Minucio Termo y a Quinto Fabio Buteón en un nuevo intento de solucionar el conflicto. No obstante, aunque éstos lograron algunas victorias, como en la batalla de Turda, donde Quinto Minucio logró incluso capturar al general hispano Besadino, tampoco consiguieron resolver del todo la situación.
Fue entonces cuando Roma hubo de enviar en 195 a. C. al cónsul Marco Porcio Catón al mando de un ejército consular a suprimir la revuelta, quien, cuando llegó a Hispania encontró toda la provincia Citerior en rebeldía, con las fuerzas romanas controlando sólo algunas ciudades fortificadas. Catón estableció una alianza con Bilistages, rey de los ilergetes, y contaba también con el apoyo de Publio Manlio, recién nombrado pretor de Hispania Citerior y enviado como ayudante del cónsul. Catón se dirigió hacia la península ibérica, desembarcó en Rhode y sofocó la rebelión de los hispanos que ocupaban la plaza. Posteriormente se trasladó con su ejército a Emporion, donde se libraría la mayor batalla de la contienda, contra un ejército indígena ampliamente superior en número. Después de una larga y difícil batalla, el cónsul logró una victoria total, consiguiendo infligir 40 000 bajas en las filas enemigas.​ Después de la gran victoria de Catón en esta batalla decisiva, que había diezmado las fuerzas hispanas, la provincia Citerior cayó de nuevo bajo control de Roma.
Por otro lado, la provincia Ulterior seguía sin estar controlada, y el cónsul hubo de dirigirse hacia la Turdetania para apoyar a los pretores Publio Manlio y Apio Claudio Nerón. Catón intentó establecer una alianza con los celtíberos, que actuaban como mercenarios pagados por los turdetanos y cuyos servicios necesitaba, pero no logró convencerles. Tras una demostración de fuerza, pasando con las legiones romanas por el territorio celtíbero, les convenció para que volvieran a sus tierras. La sumisión de los indígenas era solamente una apariencia, y cuando corrió el rumor de la salida de Catón hacia Roma, la rebelión se reanudó. Catón hubo de actuar de nuevo con decisión y efectividad, venciendo a los sublevados definitivamente en la batalla de Bergium. Finalmente, Catón vendió a los cautivos como esclavos y los indígenas de la provincia fueron desarmados.

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El pilum romano

Pilum es el nombre de un arma arrojadiza pesada, diseñada para ser lanzada con la mano a corta distancia, justo antes del combate cuerpo a cuerpo.
Los Íberos utilizaron dos tipos de lanzas arrojadizas pesadas funcionalmente muy similares al pilum romano: el soliferreum, una jabalina pesada de 2 metros de largo, toda ella forjada en una sola varilla de hierro y terminada en una punta corta, a veces con aletas barbadas, y la falarica que era un arma casi idéntica al pilum, que podía además ser empleada como arma incendiaria.
Los romanos refinaron su tipología y la convirtieron en el arma ofensiva característica de sus legiones, desde la República hasta muy avanzado el Imperio.
Los ejércitos romanos empleaban el pilum arrojándolo en disciplinadas salvas con la intención de desorganizar las filas enemigas, a unos 20-30 metros de distancia, justo antes de llegar al combate con espada.
El pilum se caracterizaba por tener una punta de hierro corta, maciza y estrecha, normalmente, piramidal, que se prolongaba en un astil férreo de entre cuarenta y setenta centímetros de longitud. El extremo inferior se unía al asta mediante un cubo circular o una lengüeta aplanada.
Por su diseño el arma es arrojadiza, ya que no mide más de dos metros, pesada porque buena parte del astil es de hierro, no de madera y perforadora porque la punta pequeña y maciza tiene esta capacidad.
En el siglo I a. de C. se sustituyó uno de los pasadores de hierro que unían la parte metálica al asta por uno de madera, para que se partiera con el impacto y no pudiera ser reutilizado por el enemigo.
En el siglo I d. C se les añade al pilum un peso en forma de bola metálica para aumentar su capacidad de penetración, en el siglo III se simplificó bastante y el IV su importancia y uso empezó a declinar.
En España se han encontrado algún pilum romano en los yacimientos de Osuna, Numancia, Cáceres el Viejo y Catellruf.

Historia General 

Besadino - General ibero



Besadino fue un general íbero que luchó contra la república romana en la revuelta íbera (197-195 a. C.). Participó en la batalla de Turda, siendo vencido por el pretor romano Quinto Minucio Termo y hecho prisionero.

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viernes, 12 de abril de 2019

Peña Amaya - Burgos

Amaya es uno de los baluartes de la antigua Cantabria, elevándose esplendorosa sobre la llanura burgalesa. 
Esta enorme atalaya (1377 metros de altitud) ha sido habitada desde la Prehistoria, alcanzando gran auge en cuanto a presencia humana se refiere a finales del siglo X a.C. Es a partir de este punto donde Amaya comienza a tener una importancia destacable, convirtiéndose en uno de los principales castros cántabros en la Edad del Hierro. 
La raíz del topónimo "Amaya" quiere decir "am(ma)" o "madre", implicando que su nombre Amaya o Amaia es referido a "ciudad madre", implicando que su nombre Amaya o Amaia es referido a “ciudad madre” o como se denominaría más adelante "capital". No se sabe a ciencia cierta si Amaya fue en esencia capital de los cántabros prerromanos, ya que ninguna fuente clásica así lo recoge. Además no se han obtenido evidencias arqueológicas que así lo reflejasen, teniendo mucho más peso (por ejemplo) los hallazgos de Celada Marlantes, La Ulaña o Monte Bernorio. La misma idea de "capitalidad" no parece muy acertada para unas gentes organizadas en clanes, habitantes de poblados elevados sobre montes interconectados visualmente. De todos modos apoyados en la toponimia y ese aire místico y legendario, muchos creen que si fue la antigua capital de los cántabros.
Este bastión estratégico que domina el acceso de la meseta a territorio cántabro fue conquistado por los romanos en el transcurso de las guerras cántabras (29-19 a.C.) quienes fundaron entonces la cuidad de Amaya Patricia. La cita más antigua de Amaya la encontramos en el Itinerario de Barro, serie de cuatro placas/tablillas con las vias romanas del noroeste peninsular que data del siglo III d.C.. En la placa número I del citado Itinerario se señala el recorrido de la Vía Legione VII Gemina ad Portum Blendium que, partiendo de Legio VII Gemina (León), tiene su final en Portus Blendium (Suances):
Otro de los datos que nos indican su importancia estratégica y militar es que el mismísimo Cesar Augusto tuvo instalado un campamento en las proximidades de Amaya. Poco más se supo en los siglos posteriores hasta la llegada de los visigodos. Es a partir de aquí donde su nombre vuelve a sonar con fuerza. De todos modos ahora nos ocupa hablar de sus orígenes y su desarrollo en la época romana, habrá tiempo más delante de centrarnos en Amaya y su esplendor en la época visigoda – ducado de Cantabria.
En lo alto del cerro de La Peña se encontraron vestigios de las edificaciones correspondientes al periodo romano. Evidentemente, es mucho más visible y notable la presencia de construcciones medievales, pero no debemos olvidar que tras la toma de Amaya se estableció un bastión militar (en lo visual) en este punto. Desde aquí sería sencillo mantener un control sobre la vía que unía Pisoraca (Herrera de Pisuerga), Julióbriga (¿Retortillo-Reinosa?) y Portus Blendium (Suances), siendo Pisoraca el posible campamento de la Legio IV Macedónica. La vía transcurría al oeste de Amaya, hecho éste que disminuyó el valor estratégico del Castro de la Ulaña (desplegado al este de Amaya). Eso explicaría que La Ulaña contenga mayores restos prerromanos, pero que fuese abandonada en época romana.

Regio Cantabtorum