El Puente Romano sobre el río Albarregas constituía la vía de entrada/ salida por el norte de Mérida y fue construido en el momento de la fundación de la ciudad como colonia romana. Se inicia así una importante vía de comunicación, la "ab Emerita Asturicam", llamada Vía de la Plata, y también tenía su arranque la otra vía que, con dirección al oeste, comunicaba Mérida con Lisboa por la margen derecha del Guadiana.
Su longitud es de 125 m. de largo y 7,90 m. de ancho, con una altura media de 6,50 m. Es una estructura sencilla que se adecua al régimen poco caudaloso del río Albarregas.
Consta de 4 arcos de medio punto, aparentemente iguales, que se abren entre sólidas pilas. Sobre las pilas, los tímpanos son macizos, y carecen de los aliviaderos que presenta el Puente Romano sobre el Guadiana. Sin embargo, la fuerza de las crecidas obligó a disponer de dos pequeños arcos más, concebidos como aliviaderos, en el extremo que se une a la ciudad.
El paramento está formado por sillares almohadillados fabricados en granito, dispuestos en hiladas regulares, coincidiendo con el orden de las dovelas de los arcos.
El puente es coronado por una cornisa saliente y un pretil realizados en el siglo XIX para adecuar la antigua vía a carretera nacional. La última hilada de sillares parece que igualmente fue añadida en esta última reconstrucción. A pesar de todo, estas reparaciones no han afectado demasiado a su fábrica original, que se conserva prácticamente en su totalidad.
El Puente Romano sobre el Albarregas presenta evidentes similitudes con el Puente del rio Guadiana, por lo que es lógico considerar su construcción durante la etapa de Augusto y no en la de Trajano, como se ha repetido sin mucho fundamento por autores del siglo XIX.
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