De la muralla romana, construida a finales del siglo II a. C., el sector mejor conservado, es el del recinto sur, donde nos encontramos con un muro recto, sin torres, que consta de dos cuerpos: el inferior, hecho de sillares poligonales de piedra caliza, y el superior de opus caementicium, hormigón de cal, arena y piedra.
Destacamos la puerta situada en este tramo de muralla, en cuyo dintel se pueden ver aún las roderas de los carros. La función de esta muralla, no era defensiva, sino delimitar el recinto de la ciudad, y diferenciarlo del territorio agrícola circundante, el ager. Las razones, son su escasa altura, unos 3 metros, la ausencia de torres, y unas entradas sin fortificar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario