El BOCYL de 24 de noviembre de 1993 publicó la orden de 18 de noviembre por la que se declaraba Bien de Interés Cultural la Casa de la Mora en Vildé.
En aquella localidad soriana existe desde siempre un edificio arruinado llamado Casa de la Mora sin más fundamento que la tradición que debido a la gran antigüedad que se le suponía siempre se ha pensado que era un edificio de la época musulmana, supuesta época de máxima antigüedad a juicio de la cultura popular, aunque hay quien afirma que se llama así porque allí crecían grandes zarzamoras. Sin embargo aquel montón de ruinas fue examinado por el arqueólogo Blas Taracena quien fue el primero en reconocer el valor histórico y cultural de tan anodino montón de piedras.
Tras varios trabajos arqueológicos hoy sabemos que la Casa de la Mora es en realidad lo que queda de una monumental tumba romana de forma turreiforme (con forma de torre) único en la mitad norte de la península, que fue empleada como panteón funerario de una noble familia que habitó el lugar entre los siglos I y II.
Originalmente estuvo formada por dos cámaras abovedadas superpuestas en dos plantas comunicadas por una escalera hoy desaparecida. Está construido en hormigón y mampostería, cubría sus paredes con decoración mural al fresco, tiene una planta rectangular de cinco metros y treinta centímetros por seis metros, y con una altura actual de unos cinco metros.
Sin embargo y aunque oficialmente sea un panteón funerario, también hay otras posibilidades como las desarrolladas por como Ángel Almazán de Gracia quien en un artículo* ha desarrollado la hipótesis de que más que un mausoleo funerario aislado en realidad fue un templo romano dedicado a Cibeles que formaría parte del conjunto de edificios que integraba una villa junto a la que se localiza, correspondiendo al panteón familiar de sus propietarios.
(Diario de la Historia Soriana)
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