domingo, 31 de marzo de 2019

Ciniana - Serviá

Pueblo del corregimiento de Gerona en Cataluña, al cual llamaron los romanos Ciniana, sin duda por estar cerca del rio Cigniana. Pertenecia a la región de los lacetanos, y era una de las mansiones del camino militar que venía desde los Pirineos hasta Cazlona. Tiene vestigios de edificios de aquel tiempo, y fragmentos de un puente romano.

(Ceán Bermúdez)

Cantábriga - Cantabria

Cantabria, asi llaman a un collado que está en la ribera del Ebro, entre Logroño y Viana, en la provincia de Burgos, y en el que subsisten reliquias y señales de una ciudad llamada en tiempo de los romanos Cantábriga, perteneciente á la región de los berones y que Leovigildo, rey de los godos, arruinó. 

Ceán Bermúdez

Batalla de Cissa

Hannón había sido completamente sorprendido por la llegada de los romanos en España. Al ver el aflojamiento de las garras cartaginesas debido a las actividades de Escipión sobre las recién conquistadas tribus del norte, decidió ofrecer batalla. Hannón avanzó y atacó a los romanos al norte de Tarraco, cerca de un lugar llamado Cissa. No hubo brillantes maniobras o emboscadas, los ejércitos simplemente formaron y se enfrentaron. Al ser superado en números de dos a uno, Hannón fue derrotado con relativa facilidad, perdiendo 6.000 hombres en la batalla. Por otra parte, los romanos consiguieron capturar el campamento cartaginés, junto con 2.000 prisioneros y al mismo Hannón. En el campamento estaban todos los equipajes dejados por Aníbal.
De esta manera Cneo se convirtió en dueño del norte del Ebro. Asdrúbal, que llegó demasiado tarde para ayudar a Hannón y aunque no era lo suficientemente fuerte como para atacar al ejército romano, aún así cruzó el río y envió una columna que hostigó a la caballería y la infantería en una escaramuza. Esta fuerza capturó varios marineros romanos, e infligió tales bajas que la eficacia de la flota en España se redujo de 60 a 35 buques. Sin embargo, la flota roma allanó las posesiones cartaginesas en España y ganó prestigio mientras que los cartagineses habían sufrido un importante revés. Después de castigar a los oficiales a cargo de los contingentes navales por la laxitud de su disciplina, Escipión y el ejército romano invernaron en Tarraco y Asdrúbal se retiró a Cartagena después de la deserción de algunas ciudades aliadas al sur del Ebro.
Si Hannón hubiera ganado la batalla, hubiera sido posible enviar refuerzos de la Hispania Barcida a Aníbal a partir de ese mismo año. Esta batalla trajo los mismos resultados de Escipión en España como la batalla del Trebia traería para Aníbal en Italia: conseguir una base de operaciones, ganarse a más de una tribu nativa como fuente de provisiones y reclutas y también cortar la comunicación por tierra de Aníbal con su base en España. A diferencia del cartaginés, Escipión no puso inmediatamente en marcha una campaña en territorio enemigo al sur del río. Tampoco se arriesgó a perder su base, sino que tomó tiempo para consolidar sus explotaciones, subyugar o aliarse con las tribus hispanas y practicar incursiones en territorio cartaginés. Estas actividades sentaron las bases para las futuras operaciones en España.

Historia en breves

viernes, 29 de marzo de 2019

Lista Olost

Olost, villa del corregimiento de Manresa en el principado de Cataluña, distante cuatro leguas de Vich al poniente, en el territorio de Llusanés, llamado así por haber estado en él, según Tolomeo, la antigua ciudad de Lista en los jacetanos, en la que otros geógrafos modernos fijan esta villa. 
Lo cierto es que hay en ella vestigios de antigua población.

(Ceán Bermúdez)

Camala - Castrillo de Pisuerga

Castrillo de Pisuerga, lugar de la provincia de Burgos, jurisdicción de Herrera, fundado sobre el pueblo romano llamado Camala en la región de los vacceos, que fue la vigésima mansión del camino militar que bajaba desde los Pirineos a León, del cual todavía se conservan vestigios en aquellas cercanías.

Ceán Bermúdez

Agricultura romana

Una vez conquistada Hispania, los romanos integraron sus provincias en el sistema de producción esclavista propio del mundo clásico. Las conquistas romanas proporcionaron abundante y barata mano de obra esclava, procedente de aquellos pueblos que no aceptaron pacíficamente el dominio romano. Pero, además, Hispania fue integrada en el circuito general del sistema económico mediterráneo de los romanos, con el denario como moneda internacional.  Roma fomentó que Hispania exportara fundamentalmente materias primas e importara productos manufacturados.
Hispania proporcionaba productos agrícolas de la triada clásica o trilogía mediterránea: trigo, vino y aceite de oliva, aunque el trigo no fue el producto agrícola que más se exportó, sobre todo si lo comparamos con el vino y el aceite, que fue el producto más exportado y más valorado por su altísima calidad.
Los romanos introdujeron importantes cambios en la agricultura en Hispania, especialmente los animales de tiro, el regadío y el barbecho. Extendieron el uso de su arado, la parcelación regular y geométrica de las tierras y los molinos. El campo se explotaba a través de la villa, unidad de producción básica agraria. Las villas se componían de tres partes: la vivienda más o menos lujosa del propietario, un área de almacenes y graneros y, por fin, el latifundio trabajado por esclavos. A partir del siglo III d.C., las villas adquirieron una gran importancia cuando se inició el proceso de ruralización del Imperio romano y del que Hispania no se vio ajena. En ese momento aparecieron los colonos que fueron sustituyendo a los esclavos

Los ojos de Hipatia

jueves, 28 de marzo de 2019

Sebur - Segur


Segur, lugar de Cataluña en el corregimiento de Cervera. En él mejor que en ningún otro se prueba haber estado la antigua Sebur, qua Tolomeo fija en los cosetanos.

(Ceán Bermúdez)

Voluce - Calatañazor

Calatañazor , villa de la provincia de Soria y cabeza de partido, antiguamente Voluce de los arevacos, y octava mansión del camino militar que iba de Astorga a Zaragoza; mantiene vestigios de su antigua población.

Ceán Bermúdez

La minería romana

Mientras los administradores romanos buscaban desesperadamente nuevos yacimientos que explotar, empezaron a circular rumores que hablaban de las fabulosas riquezas que guardaba el subsuelo de la Península Ibérica. En el siglo III a. C., el escritor griego Ateneo ya aludía a la gran riqueza de Hispania en mineral de hierro. De la misma época son los comentarios de Filón de Bizancio, que hablaba de la fama alcanzada por el filo de las espadas celtíberas, capaces de amputar miembros de un solo tajo y que los romanos intentaron imitar sin éxito. Todas estas noticias despertaron el interés y la codicia de la mayor potencia económica y militar de la época.
Las expectativas de los romanos se confirmaron cuando pusieron su pie en la Península Ibérica, acontecimiento que tuvo lugar durante las Guerras Púnicas y más concretamente con el desembarco de los Escipiones en Ampurias. En este periodo, las minas más famosas fueron las de Carthago Nova, ciudad fundada por Asdrúbal, que contaba con los yacimientos de plomo argentífero más productivos de aquella época. Polibio, un historiador griego que acompañó a los romanos en su avance por Hispania y que fue testigo de la conquista de Numancia, visitó estas minas. Su testimonio, recogido por el geógrafo griego Estrabón en su obra Geografía en la que dedica su libro III por entero a Hispania, describía los métodos de explotación que se empleaban para extraer el mineral de estos yacimientos y su enorme riqueza. En ellos trabajaban 40.000 obreros en una extensión que ocupaba varios kilómetros cuadrados, extrayendo de las entrañas de la tierra 25.000 dracmas de beneficio diario. Para hacernos una idea del nivel de explotación al que fueron sometidas podemos fijarnos en las montañas de escombros de aquella época que aún existen en las proximidades de Cartagena. Tan sólo en el de Herrerías se calcula que hay 276.000 toneladas de escoria.
Siguiendo con el relato de las fuentes históricas, los pozos mineros abiertos por Aníbal en Hispania le reportaban trescientas libras de plata diarias. En las explotaciones se trabajaba sin descanso día y noche, en turnos fijados por la duración de las rudimentarias lámparas de aceite que llevaban los mineros. Según la descripción del polifacético griego Posidonio, recogida también por el cronista Estrabón, los metales obtenidos en las minas hispanas se hicieron famosos por su calidad y cantidad, llegando a convertirse en legendarios con la divulgación de algunos relatos que hablaban de una riqueza extraordinaria al alcance de la mano. El más extendido era el que hablaba de un pavoroso incendio forestal que había tenido lugar en Turdetania, la Hispania Ulterior o Bética de los romanos, afectando a las lomas boscosas de un monte en el que había una veta incalculable de plata. Extinguido el fuego, el metal fundido por el intenso calor salió a la superficie en forma de torrentes resplandecientes.
Los ríos de la Península también eran explotados a la búsqueda de pepitas de oro. En una imagen que nos recuerda a la de los mineros del Lejano Oeste, las arenas auríferas eran transportadas hasta pilas o pozos construidos en las riberas, lugares en donde eran tamizadas con cedazos manejados por las manos expertas de mujeres de ojos acostumbrados a localizar las pepitas. Las cuencas del Tajo, Genil, Duero y Miño fueron las de mayor rendimiento, sembradas de pequeñas explotaciones dedicadas a extraer la riqueza que entonces arrastraban las corrientes de estos ríos.
La riqueza de Hispania en metales preciosos queda reflejada en el botín de guerra obtenido por Publio Cornelio Escipión tras la conquista de Carthago Nova. Según el relato de los cronistas, estaba compuesto por 276 páteras de oro de una libra de peso cada una, 18.300 libras de plata trabajada o acuñada, y un gran número de vasos y recipientes hechos del mismo metal. Con estos datos y cifras no debe extrañarnos que los romanos considerasen a Hispania como una especie de Eldorado mediterráneo en el cual las riquezas manaban del suelo y eran transportadas por los ríos ofreciéndose a quien las cogiera, imágenes que despertaban las ambiciones de los más codiciosos.

Historia de España y del mundo

miércoles, 27 de marzo de 2019

Tela - Autillo del Pino


Autillo del Pino, pueblo de la provincia de Palencia en el partido, de Campos: mantiene algunas reliquias de la antigua ciudad de Tela o Gella, que correspondía a los vaceos, y fue la tercera mansión, del camino romano que iba desde Astorga a Zaragoza por la Cantabria.

(Ceán Bermúdez)

Argenomescum - Argomedo

Argomedo, pueblo de la provincia de Burgos, partido de Laredo, en la montaña baja y en el valle de Val de Bezana. 
El P. Sota es de parecer de que en este pueblo estuvo el de Argenomescum que es el tercero de los que Tolomeo nombra en la región de los cántabros. Plinio llama orgenomescos a unas gentes de la misma región que habitaban en esta parte occidental, confinando con los astures, y tenían el puerto marítimo de Vereasueca. Por tanto es muy verosimil que Argenomescum fuese la capital de los orgenomescos. 
Apenas se distinguen los vestigios de su antigua población.

(Ceán Bermúdez)

domingo, 24 de marzo de 2019

Escipión el Africano en Hispania (Final de la campaña)

Después de su regreso a Tarraco, a Escipión sólo le quedaba la misión de consolidar el poder romano en la Península y comunicar al Senado su aplastante victoria, encargo que recayó en su hermano Lucio que partió hacia Roma.
Su posterior labor en Hispania estaría encaminada a castigar a aquellas poblaciones, aliadas de Roma, que se habían significado por su traición años atrás, cuando su padre y su tío fueron derrotados por los cartagineses, como aviso para todas aquellas que pretendieran resistirse al nuevo orden impuesto por Roma; fundamentalmente Iliturgi (de forma muy cruel) y Cástulo.
Considerando su misión en Hispania terminada decidió que era el momento de dar gracias a los dioses y de celebrar un espectáculo en honor de su padre y de su tío, para ello organizó unos juegos de gladiadores en Cartago Nova. Tras los juegos la situación se iba a complicar ligeramente por una serie de sucesos. Una repentina enfermedad de Escipión hizo que circulara el rumor de su muerte. Indíbil y Mandonio, insatisfechos con las recompensas recibidas por su ayuda, y por comprender que el poder de SPQR tenía visos de continuidad en la Península y por tanto lo único que había pasado era que habían cambiado un amo por otro, a lo que se unía su tradicional percepción de alianza personal y no de estado, al creer que Escipión había muerto declararon su ruptura con Roma e iniciaron una revuelta. Por otra parte, las tropas romanas acampadas junto al Júcar, descontentas por su situación de espera, ociosa -si no hacían falta por qué no se les mandaba a casa- y por el adeudo de los pagos, se sublevaron. Esto último era lo que más temía Escipión, pues minaba su prestigio y poder, y por eso se aplicó con diligencia a sofocarla. Tras idear un plan para ganarse la confianza de las tropas amotinadas arrestó y ajustició a los principales cabecillas de la revuelta dejando en libertad a los demás además de entregarles las pagas que se les adeudaba.
En cuanto a la sublevación de los caudillos ilergetas, ésta fue rápidamente sofocada y los cabecillas solicitaron el perdón a cambio de jurarle de nuevo lealtad. Una vez apaciguado el territorio Escipión dio por concluida su misión en Hispania y volvió a Roma.

Hasta aquí, este trabajo es el resultado de copiar y pegar a Javier CABRERO PIQUERO (2000) de su obra Escipión el Africano, Aldebarán Ediciones S.A., Madrid

sábado, 23 de marzo de 2019

Teobolis - Martorell


Martorell, villa de Cataluña, corregimiento de Barcelona, en la orilla del río Llobregat. Fue la antigua Teobolis o Telobis, que estaba en los confines de las tres regiones Laletania, Cosetania y Jacetania, y puede sospecharse que por esto la llamaron también Fines: fue asimismo la séptima mansión del camino romano que venia de los Pirineos a Cazlona.
Cerca de esta villa permanece un antiguo puente construido en aquel tiempo; pero tan desfigurado con las reparaciones posteriores, que mas bien parece obra de godos o de árabes. Consta de dos arcos, uno pequeño, y otro en punta, muy grande. Tiene éste 133 pies y 8 pulgadas de ancho, y aquel 62 con 8.
Subsiste á la entrada izquierda de este puente un arco triunfal no menos desfigurado, pues no se ve á qué orden de arquitectura pertenece, ni se distinguen los adornos y trofeos con que le enriquecerían los romanos. Se eleva sobre anchos y robustos zócalos almohadillados, sin pilastras ni columnas que hubo de tener en los lados, y sin poder diferenciarse el arquitrabe del friso, ni éste de la cornisa, en que termina esta gran mole, por el estrago que le causaron el tiempo y el abandono. Pero se observa la forma del arco del centro, cuyo espesor es de 18 piés, y su ancho de otros 18 con 12 pulgadas. Tal cual ahora está se debe su conservación el celo y reales órdenes de Carlos III.

(Ceán Bermúdez)

Segeda - Canales

Canales, villa de Castilla la Vieja, situada sobre la orilla del río Najerilla, y distante diez leguas de Soria, a cuya provincia debiera pertenecer si no fuese exenta, otras diez de Osma y once de Burgos. A quinientos pasos de esta villa están las ruinas y vestigios de las murallas de la antigua ciudad de Segeda o Segidá, cabeza de los sigonios en la región de los berones. Cuando Gracco prohibió construir nuevas ciudades en la España ulterior, los habitantes de Segeda alegando al senado que Gracco no había prohibido reparar las antiguas, fortificaron la suya con un muro que tenia de ámbito 40 estadios, como afirma Appiano. Pompeyo la rindió después el ano 677 de la fundación de Roma. El sitio en que están los vestigios de Segeda, aunque es ahora tierra de labor, no se puede trabajar por las muchas piedras de los edificios romanos que están alli sepultados; y la ermita que está allí mismo se construyó con los materiales que se sacaron de aquel sitio.

Ceán Bermúdez

Escipión el Africano en Hispania (Batalla de Ilipa)


La campaña del 206 iba a ser la última de las de Escipión el africano en Hispania e iba a suponer el fin definitivo del poder cartaginés en la Península. Los cartagineses, durante ese invierno, habían logrado rehacer sus maltrechos contingentes militares, gracias a la cuantiosa ayuda económica que Cartago envió. Los dirigentes púnicos se habían convencido de que la única esperanza que le quedaba a Aníbal era que los cartagineses recuperaran el dominio de la Península Ibérica y, lo que era más importante, la explotación de sus riquezas, indispensables para continuar la guerra. Para ello, en primer lugar, se debía derrotar a Escipión y acabar con el prestigio que éste había logrado entre los pueblos peninsulares. Con el dinero enviado por Cartago, Asdrúbal Giscón y Magón lograron contratar a ingentes cantidades de iberos y armar un ejército de más de 50.000 hombres, 70.000 según Polibio, y 4.500 jinetes. Con este potente ejército Asdrúbal Giscón estaba dispuesto a no rehuir el combate, como sucediera el año anterior. Salió de Cádiz para acampar en las cercanías de Ilipa (Alcalá del Río), desde donde retó a Escipión en la esperanza de que éste aceptara la lucha.
Enterado Escipión del movimiento de los cartagineses, partió de Tarraco con dirección a Sierra Morena, pero antes ordenó a Silano que recogiera las tropas que Cuica les había prometido durante en invierno, a la vez que él, en su avance, iba recogiendo pequeños contingentes de tropas que se les unían. Cuando estaban en las proximidades de Cástulo se les unió Silano, que había cumplido las órdenes del general y traía consigo 3.000 hombres y 500 jinetes. Con estos refuerzos el ejército de Escipión contaba con 45.000 hombres, sumada la caballería y los aliados. Era algo inferior en número al cartaginés, pero con una moral de victoria muy superior, pues la fortuna les había sonreído durante los últimos años.
Llegado Escipión a poca distancia del lugar que ocupaban los cartagineses, comenzó a levantar y fortificar su campamento en unas lomas, que en la actualidad reciben el nombre de Pelagatos. Como medida de seguridad, Escipión ocultó tras una loma un fuerte contingente de caballería, para que les protegiera mientras montaban el campamento, e intervinieran en caso de necesidad.
Magón, que desconocía las precauciones tomadas por Escipión, pensó que éste era un momento idóneo para atacar, abalanzándose contra el campamento romano con gran parte de la caballería y con las tropas africanas, bajo el mando de Masinisa. La refriega fue intensa, pero los cartagineses se vieron rápidamente sorprendidos por la caballería romana que Escipión había ocultado. También acudieron rápidamente los manípulos ligeros, que estaban de guardia, así como parte de los soldados que realizaban los trabajos de fortificación.
El ataque por sorpresa, que pretendían Masinisa y Magón, no había surtido el efecto deseado, al contrario, la retirada primero y desbandada después, a la que se vieron obligados los cartagineses, sirvió para fortalecer aún más la moral de los romanos. De nuevo Escipión demostraba que no dejaba nada al azar y que era capaz de adelantarse a todos los movimientos del enemigo.
Los días que siguieron fueron de simple tanteo sin llegar a enfrentamientos pero que sirvieron a Escipión para observar la táctica enemiga. El día que decidió tomar la iniciativa ordenó que sus hombres estuvieran preparados y alimentados muy temprano y con las primeras luces comenzó el ataque. Asdrúbal, sorprendido, no tuvo tiempo de meditar sobre los movimientos que los romanos acababan de hacer y sacó apresuradamente del campamento a sus hombres que aún no se habían alimentado y los mandó formar. Esta situación formaba parte de la estrategia de Escipión, que mantuvo desconcertados a los cartagineses esperando el ataque, que no fue hasta bien entrado el mediodía, de modo que su falta de alimentación conllevara el debilitamiento físico y psíquico de las tropas púnicas. El desarrollo de la batalla era tan desfavorable a los africanos que decidieron huir, pero en esta ocasión Escipión sí ordenó la persecución del enemigo pues sabía que ningún otro ejército podía acudir en ayuda de sus contrarios, obligándolos a presentar batalla la cual fue una masacre. Asdrúbal huiría a Cádiz. 
Probablemente fue tras esta batalla cuando Escipión fundó el primer asentamiento romano en Hispania, en las proximidades de Santiponce (Sevilla), que recibió el nombre de Itálica.

Mural CV

viernes, 22 de marzo de 2019

Fusellis - Husillos


Husillos, villa de la provincia de Palencia en el partido de Nueve-Villas, distante dos leguas de su capital. Llamóse en tiempo de los romanos Fusellis, y pertenecía a la región de los vaceos. Al lado del evangelio de la capilla mayor de la colegiata de esta villa hay un precioso monumento romano de mármol, que tiene 8 pies de largo, 3 y medio de alto y otros tantos de ancho. Se representa de medio relieve en la fachada el término de la historia de los Horacios y Curiacios: en uno de los lados dos figuras en acto de sacrificar, con el ara en el medio; y en el otro otras dos en acción de encerrar en el sepulcro la urnita con las cenizas. Como este monumento está arrimado á la pared, no se sabe lo que representará por detras. Son mas de veinte las figuras que se ven, - y están bien conservadas, menos una que falta enteramente. Esta excelente escultura mereció la admiración del cardenal Poggio y del célebre artista Alonso Berruguete, que la estudió y admiró. Ambrosio de Morales la describe en su Viaje Santo, y dice que lo que se puede pensar es, que el conde Fernando Ansurez, fundador de la colegiata, está allí enterrado, y que se hizo poner en aquella tumba romana que acaso se halló en su tiempo.

(Ceán Bermúdez)

Castrum Bilibium - Haro

Haro, villa de la Rioja, corregimiento de Santo Domingo de la Calzada. Los geógrafos modernos le dan el nombre de Castrum Bilibium, tomado de otro pueblo que tenia un castillo, cuyas ruinas todavía existen en una eminencia distante media legua de Haro, y que pertenecía a la región de los betones.
Cuentan que el tal pueblo tenia muchos vecinos, que se trasladaron después a Haro, llevándose el nombre del castillo. Otros pretenden que se llamó esta villa Fharum: el año de 1072 se llamaba Faro; y lo cierto es que los señores de Vizcaya tomaron su apellido Haro de esta villa, y no ella de ellos.

Ceán Bermúdez

Escipión el Africano (Batalla de Baecula)

En Roma, la noticia de la caída de Cartago Nova supuso un verdadero alivio por su doble significado: por un lado, que los romanos volvían a llevar la iniciativa en Hispania; y por otro, que el riesgo de que Aníbal pudiera recibir ayuda desde la Península era cada vez menor.
Escipión pasará el invierno del 209 en Tarraco preparando la campaña del año siguiente. El trato amable (política de congraciamiento que llevaría a cabo en todas sus campañas) que había tenido con los rehenes de Cartago Nova consiguió que numerosos jefes de tribus hispanas se fueran adhiriendo a la causa romana. Entre ellos estaban: Edecón, caudillo de los edetanos, e Indíbil y Mandonio, caudillos ilergetas.
Si siguiente objetivo era apoderarse de la cuenca minera de Sierra Morena controlada desde la ciudad de Cástulo, y que unida a las minas de plata que le había proporcionado la toma de Cartago Nova, constituían una importante fuente de recursos económicos, sustraídos a los púnicos, necesarios para pagar a sus ejércitos mercenarios. En las proximidades de Cástulo estaba acampado el ejército de Asdrúbal Barca. Escipión tenía conocimiento, a través de sus espías, de que la intención del cartaginés era acudir a Italia en ayuda de su hermano, Aníbal, por lo que era imprescindible una rápida intervención que lo impidiera.
En los primeros días de la primavera de 208 puso rumbo al sur, sabiendo que sus espaldas estaban protegidas y que en caso de peligro (que se unieran los ejércitos púnicos) podría refugiarse en Cartago Nova. Sin dar tiempo a que pudieran unírsele bien Magón, desde el sur, o Asdrúbal Giscón, desde el oeste, avanzó con rapidez sobre las posiciones del bárquida, quien, enterado de la llegada de Escipión, decidió cambiar de sitio su campamento buscando un emplazamiento más seguro y fácil de defender. La nueva ubicación para las tropas la encontró en las proximidades de Baecula, actual Bailen. La posición elegida, una pequeña colina, estaba protegida por un río, que discurría a espaldas del campamento y, delante de ella, había un llano en el que podía desplegarse todo el ejército cartaginés en formación de batalla. Un peñasco que dominaba el mencionado llano hacía que el acceso por los flancos fuera muy difícil. En la parte delantera de la colina existían dos terrazas en las que emplazó las tropas: sobre la más baja la infantería ligera, la caballería númida y los honderos baleáricos, y sobre la más alta su propio campamento.
Escipión no tardó en llegar, pero al apercibirse de la sólida posición que tenía el enemigo dudó sobre la conveniencia de atacar. Era consciente de que no podía esperar mucho, pues corría el riesgo de ser cogido por la espalda por alguno de los otros ejércitos cartagineses. Tras dos días de acecho, decidió probar suerte y tantear al enemigo. El relato de Polibio muestra claramente cómo se desarrolló la batalla.
Narra el autor griego que, en primer lugar, Escipión hizo salir del campamento a los vélites y parte de la infantería, ordenando que el resto de las tropas, que pennanecían dentro del campamento, estuvieran preparadas para intervenir en caso de que su colaboración se hiciera necesaria.
Escipión no perdió la ocasión para dirigirse a sus hombres manifestando la inferioridad del enemigo, que no se atrevía a luchar en campo abierto y que se refugiaba en las alturas de una colina, desconfiando de sus armas y de su valor; también recordó a sus hombres que las murallas de Cartago Nova eran más altas y, a pesar de ello, habían logrado tomarlas. Las palabras de su comandante en jefe y la moral que los romanos habían adquirido en la campaña anterior, se dejó ver en el combate. Se batían con tanto arrojo que los cartagineses comenzaron a pasar dificultades, a pesar de tener tomadas las mejores posiciones desde las que arrojaban gran cantidad de armas y proyectiles. Asdrúbal, que veía peligrar la situación, hizo salir a su ejército y lo aproximó al peñasco. Esa maniobra fue aprovechada por Escipión para hacer entrar en combate a su infantería ligera, en apoyo de los que habían iniciado la batalla. El siguiente movimiento de este último fue realizar una maniobra envolvente y, con el resto de sus fuerzas, rodeó el peñasco, atacando el flanco izquierdo de los cartagineses, en tanto que Lelio hacia lo mismo por el derecho.
Asdrúbal, sorprendido, reaccionó demasiado tarde, no pudo desplegar sus tropas convenientemente, viendo como sus alas cedían al empuje romano y los soldados, que intentaban ordenarse en formación de batalla, no tuvieron más remedio que dar la vuelta y huir. Al percatarse de que el enfrentamiento tomaba un cariz demasiado adverso, Asdrúbal consideró que era más sensato salvar lo que quedaba de su ejército que continuar la lucha y arriesgarse a perderlo todo; así reunió todos los fugitivos que pudo, levantó el campamento con celeridad y emprendió la huida.
Escipión, de nuevo, había alcanzado la victoria, esta vez sí en condiciones de inferioridad, pues la posición que había tomado el enemigo le daba una serie de ventajas que no supo aprovechar. Consciente de la suerte que había tenido en esta jornada, creyó más prudente no salir en persecución alocada de Asdrúbal, pues corría el riesgo de que las tropas de Magón y de Asdrúbal Giscón se unieran a las del bárquida, que había tomado el camino de los Pirineos, permitiéndole así escapar y que fuera a reunirse con Aníbal (no lo conseguiría pues fueron interceptadas y masacradas por las tropas romanas cerca del lago Metauro).
Tras esta batalla las tropas aclamaron a Escipión como "Imperator" por vez primera.
En la campaña de 207 la participación de Escipión fue menor, limitándose simplemente a acosar a Asdrúbal Giscón, dejando en manos de sus lugartenientes, Marco Julio Silano y su hermano Lucio Escipión, las acciones militares. Silano al mando de dos legiones sofocó la revuelta de los pueblos celtíberos soliviantados por Magón. Lucio con dos legiones y mil jinetes asedió y consiguió la rendición de Orongis (posiblemente la actual Jaén).

Mural CV

jueves, 21 de marzo de 2019

Contrasta - Alava

Contrasta, villa de la provincia de Alava en el valle y hermandad de Arana. Al salir de ella, en un altito, está la ermita de nuestra Señora de Elizmendi, cuya cabecera semicircular es sin duda romana, según su construcción y materiales de piedras labradas con relieves antiguos. Lo demás, que es cuadrangular, es mas moderno; pero está construido con lápidas llenas de inscripciones casi todas borradas e ilegibles, aunque romanas. 

Ceán Bermúdez

Virovesca Briviesca


Briviesca, villa del corregimiento de Burgos en el partido de Bureva, distante ocho leguas de su capital. Cerca de su recinto está la ermita de San Juan en la otra parte del rio Oca, donde se mantienen los vestigios de la antigua Virovesca de la región de los autrigones, y se hallan monedas imperiales. 

Virovesca era la novena mansión del camino romano que iba desde Astorga a Burdeos: la décima de otro que desde Astorga iba a Tarragona; y la decimoséptima del que bajaba de los Pirineos a León.

Ceán Bermúdez

Escipión el Africano (Conquista de Cartago Nova)

Llegada la primavera del 209 Escipión decide poner en marcha su plan. Convocó a la flota y las tropas romanas y aliadas en la desembocadura del Ebro, donde les dirigió un discurso para elevar su moral. La marcha sobre Cartago Nova se realizó con la mayor rapidez posible para evitar que los ejércitos púnicos se presentaran antes de haber tomado la ciudad. En el caso de que se unieran los tres ejércitos cartagineses (el mayor temor de Escipión y una constante en todas sus campañas en Hispania, por ello trató siempre de evitarlo) había previsto que la evacuación se realizaría por medio de la flota para evitar el enfrentamiento, pus otra derrota como la de 211 podía ser definitivamente desastrosa para las aspiraciones romanas. Para defender la frontera del Ebro, había dejado a Junio Silano con 3.000 infantes y 500 jinetes. Escipión envió la flota por delante. El cruzó el Ebro, haciendo escala en Sagunto, desde donde alcanzó Cartago Nova en siete días. Una vez que estuvo frente al objetivo, construyó su campamento al este de la ciudad, en el istmo que une la península con el continente. Es indudable que Escipión poseía una detallada descripción de Cartago Nova, cuyos datos debió recoger durante el invierno que pasó en Tarraco preparando la campaña. En la planificación del asalto hay un aspecto muy discutido por la historiografía moderna: Escipión fue informado por unos pescadores que solían faenar por la zona de Cartago Nova de que la laguna que rodeaba la ciudad, por el norte era poco profunda y vadeable cuando, a la caída de la tarde, se producía un reflujo del agua que dejaba un estrecho pasillo por el que unos pocos hombres podían alcanzar la muralla. Algunos autores dudan que las oscilaciones en el nivel del agua por las mareas den para tanto calificando este episodio como pura ficción. En todo caso sería un fenómeno del todo irregular, que se podría producir en una época concreta del año, provocado por los efectos conjuntos de la marea y de determinados vientos.
Polibio hace un detallado relato del asalto definitivo de la ciudad. Señala que colocó junto a la orilla a 500 de sus mejores hombres, con las escalas necesarias y mandó descansar a los que estaban cercanos a la puerta del istmo. Con una nueva arenga avivó los ánimos de sus soldados y, entregándoles un número mayor de escaleras, para que pudieran atacar el muro más asaltantes y no sucediera lo de la vez anterior, dio la orden de combate. Los romanos comenzaron a subir de nuevo por la muralla con valor renovado. El asalto volvió a sembrar la confusión y el desánimo entre los sitiados, que pasaron de la euforia de la victoria a ver cómo se iniciaba de nuevo el asalto. La munición comenzaba a escasear en el bando cartaginés y, además, les desalentaba el gran número de bajas que estaban sufriendo, a pesar de lo cual seguían resistiendo con gran valor. El ataque, que cada vez era más violento, atraía la atención de la gran mayoría de los defensores, lo que en opinión de Polibio fue determinante para el éxito del asalto a través de la laguna. Cuando, según el autor griego, dio comienzo el reflujo, poco a poco, el agua fue dejando a la vista los niveles más altos del lago, gracias a que se producía una corriente fuerte e intensa por la desembocadura hacia el mar. Escipión, que acudió a la zona para dar la orden de asalto, había dispuesto unos guías y mandó a sus hombres que se metieran en el agua, diciéndoles que no tuvieran ningún miedo. Con ello demostraba de nuevo su habilidad para infundir a sus hombres el coraje necesario, a la vez que transmitía su propio estado de ánimo a aquellos a quienes arengaba. Los hombres obedecieron atravesando la marisma a la carrera. El ejército entero, al contemplar el fenómeno, creyó ciegamente en la protección de Poseidón, tal y como les había prometido su general en la arenga del día anterior. Su excitación alcanzó tal nivel que se apretujaron, forzaron el paso hacia una pequeña puerta e intentaron, desde fuera, derribarla con la ayuda de hachas y de machetes. Entre tanto, los que habían atravesado la laguna encontraron las almenas desguarnecidas y lograron colocar sus escalas sin ningún peligro, tras lo que ocuparon aquel lienzo de muralla sin necesidad de combatir.
Los defensores, que estaban atentos al ataque por la zona del istmo, no pudieron advertir lo que estaba sucediendo a sus espaldas y se vieron sorprendidos por los que habían superado la muralla por la zona de la laguna, que favorecidos por la sorpresa y la fuerza de las armas, facilitaron la entrada de los que estaban fuera tomando rápidamente la ciudad y su acrópolis, tras lo cual se procedió a la matanza indiscriminada de sus habitantes (para ejemplo de lo que podía sucederles a otras ciudades que se opusieran al poder de Roma), al saqueo y al reparto del botín.

Mural CV

miércoles, 20 de marzo de 2019

Septimum decimum - Monblanquet



Momblanquet, lugar del principado de Cataluña en el corregimiento de Lérida. El Itinerario de Antónino fija en él la mansión vigésima-tercera del camino militar que iba desde Astorga a Tarragona, y le llama Septimum decimum, sin duda porque dista de esta capital MP XVII. Pertenecía a la región de los jacétanos, y tiene rastros de dicho camino y de edificios romanos.

(Ceán Bermúdez)

Deobriga - Cabriana

Cabriana , término acotado en la jurisdicción del lugar de Salcedo en la provincia de Álava, cerca de Comunión. En él estuvo la antigua Deobriga, que pertenecía a los autrigones, y fue la undécima mansión del camino romano que iba desde Astorga a Burdeos. Todavía, existen en él trozos bien conservados de este camino; y el año de 1794 se descubrieron allí preciosas antigüedades romanas, que se guardan en la real Academia.de la Historia.

Ceán Bermúdez

Escipión el Africano en Hispania (Llegada y preparativos)

El nuevo general en jefe de las tropas estacionadas en Iberia llegaría a Ampurias en el otoño del 210 a.C. con treinta quinquerremes y dos legiones (10.000 infantes y 1.000 jinetes), que unidas a las que ya había en la Península sumaban cuatro legiones, consideradas suficientes para afrontar con garantías la dura campaña militar que le esperaba.
Lo avanzado de la estación impedía que comenzara actuaciones militares de envergadura, por lo que se empleó en fortalecer su posición al norte del Ebro; en concretar alianzas con las tribus indígenas; y en preparar, durante el invierno, la campaña del año siguiente informándose de la situación de los tres ejércitos cartagineses en la Península: uno al mando de Asdrúbal Barca que operaba en la zona de la Carpetania; otro a las órdenes de Magón situado en las proximidades del estrecho de Gibraltar; y el tercero comandado por Asdrúbal Giscón en las inmediaciones de la desembocadura del Tajo.
Los planes de Escipión consistían en llevar la guerra al territorio dominado por los cartagineses y, por ello, necesitaba bases militares en el sur peninsular. El joven general, después de un minucioso estudio, puso sus ojos en Cartago Nova por reunir importantes cualidades como la existencia de un puerto capaz de albergar una fuerza naval además de constituir un favorable punto estratégico y comercial para travesías por mar. Su conquista, además, proporcionaría a Roma las importantes minas de plata de la zona. En Cartago Nova se concentraban las reservas dinerarias cartaginesas, gran parte del equipamiento de los ejércitos púnicos y, lo más importante, los rehenes entregados por las tribus hispanas como garantía de su fidelidad lo cual constituía un botín político excepcional puesto que con su posesión podía cambiar radicalmente el sistema de alianzas de las tribus indígenas con ambos contendientes. A todo ello había que sumar la consideración de inexpugnable, protegida por el mar y un estrecho istmo, que le habían dado los cartagineses confiados en que nadie se atrevería a dirigirse contra su colonia, la cual sólo estaba custodiada por un millar de soldados, con lo que su conquista podría convertirse en una inyección de moral para las tropas romanas, sobre todo para los veteranos que habían sufrido las derrotas de campañas anteriores.

Mural UV

martes, 19 de marzo de 2019

Quintus Licinius Silvanas Granianus

Jardín de Quinto Licinio
Perteneció a una conocida familia cuyo origen habría que buscarlo en Baetulo (Badalona) en razón de los vínculos que mantuvo con esta ciudad durante tres generaciones; su hijo homónimo Quintus Licinius Silvanus Granianus llegó al consulado en época de Trajano (98-117) y su nieto Quintus Licinius Silvanus Granianus Quadronius Proculus alcanzó también el rango senatorial unos años más tarde.
Nacido hacia los años 45/50, durante el gobierno del emperador Claudio (41-54), estuvo casado con Baebia Galla, que llegaría a ser sacerdotisa del culto al emperador en la Hispania citerior con sede en Tarraco.
No se tiene constancia de que ocupara funciones administrativas urbanas, aunque es probable que los miembros de esta familia tuvieran también una presencia activa en la vida pública local. A finales del gobierno de Vespasiano (69-79) debió de ser elevado al rango ecuestre y pasó a ocupar la prefectura de la ora maritima Laeetana (sic), es decir, el mando de la flota que guarnecía el norte de la costa mediterránea peninsular, justamente el área en que se encontraba Baetulo; inmediatamente después, pasó a desempeñar funciones administrativas como procurator Augusti y hacia 80-90 fue elegido por la asamblea provincial de la Hispania citerior (concilium provinciae) para ocuparse del culto imperial en el templo de Roma y Augusto de Tarraco.
Al término de este sacerdocio, Quintus Licinius Silvanus Granianus fue honrado con un pedestal con estatua en el foro superior de Tarraco como el resto de los personajes que habían ocupado ese puesto; además, un tal Caius 

Real Academia de la Historia

Cneo Pedanius Fuscus Salinator

Senador nacido en Barcino, su elocuencia fué apreciada por Plinio. Se casó con Julia, sobrina de Adriano e hija de L. Iulius Ursus Servianus. 
Fue colega de Adriano en el consulado en el año 118 y después no se supo nada de él.

Oxford Classical Dictionary

Aregiia Amaya

Amaya, villa del corregimiento y arzobispado de Burgos en la jurisdicción de Villadiego, distante de esta villa tres leguas, cuatro de Aguilar de Campóo, y nueve de Burgos. Está situada en la falda de una peña muy elevada, que tiene el mismo nombre de Amaya. En la cima de esta peña hay una llanura capaz de haber estado en ella una gran ciudad llamada en tiempo de los romanos Aregia o Faregia, de la región de los cántabros. Se conservan en la dicha planicie ruinas de grandes edificios, y se encuentran monedas consulares e imperiales de diferentes módulos y metales. En el siglo VI Amaya era nombrada y conocida con este mismo nombre, cuando se apoderó de ella el rey Leovigildo el año de 574, y pasó a cuchillo en la Cantabria a los que turbaban la provincia, según afirma el Biclarense.

(Ceán Bermúdez)

lunes, 18 de marzo de 2019

Púnico

Púnico (m. c. 153 a. C.) fue un caudillo de los lusitanos que comandó en el contexto de las guerras lusitanas a estos en contra de los romanos.
La situación cambió con la aparición en 155 a. C. de Púnico al frente de un ejército formado por lusitanos y vetones que saqueó el sur de la península ibérica. El pretor Calpurnio Pisón envió contra ellos un ejército de 15 000 hombres comandado por Marco Manlio. El choque supuso la muerte de unos 6000 legionarios y desencadenó la alarma en Roma.
Entre los años 155 y 153 a. C. las fuentes señalan que se dedicó a «saquear los territorios de los aliados de Roma».​ Dirigió incursiones lusitanas en la Bética y también en el territorio de la costa mediterránea aliado, según Apiano, a los vetones.​ Los enfrentamientos supusieron la muerte en combate del cuestor Terencio Varrón y constantes asaltos a las ciudades. Incluso las localidades fenicias costeras suplicaron ayuda a Roma.
Púnico murió en combate en el área mediterránea de la península ibérica y fue sustituido por Césaro,​ quien llegó con sus hombres hasta Sexi y dominó toda la costa meridional menos las ciudades.

Wikipedia 

Cauca - Coca

Coca, villa de Castilla la Vieja en la provincia de Segovía, y cabeza de partido, distante al poniente de su capital ocho leguas. 
Llamábase Cauca en tiempo de los romanos, y pertenecía a la región de los vaceos. Dice Appiano Alejandrino que queriendo capitular los habitantes de esta ciudad con Lúculo, que la tenia cercada, salieron los mas ancianos con coronas y ramos, según acostumbraban los vaceos en tales casos, que la milicia de este general era casi toda de soldados y élites, los que, luego que se les acabaron los dardos que arrojaban, huyeron, porque no sabían pelear a pie firme, y que Lúculo hizo degollar a todos los vecinos de Cauca dentro de ella y por engaño, el año 602 de la fundación de Roma. 
Fue la novena mansión del camino militar que desde Astorga iba á Zaragoza, torciendo por Cebrones y la décima-sexta de otro que salía de Mérida también para Zaragoza pasando por Salamanca. Conserva algunos restos de sus muros y algunas otras antiguallas, como la de un toro de piedra, o javalí, tan informe como los que hay en Segovia y en otros pueblos de Castilla.

(Ceán Bermúdez)

Arbacala Arévalo

Arévalo, villa dé Castilla la vieja en la provincia de Avila, y cabeza de partido: está situada en un llano y rodeada de dos ríos Adaja y Arevalilio, distante seis leguas de Medina de Campo. Se llamó en lo antiguo Arbacala o Arbucala, Albocola ó Albocella, y fue la capital de los arevacos. Aníbal la rindió después de haberse defendido algún tiempo con tesón, el año de 532 de la fundación de Roma. 
Conserva algunos rastros de su antigua población.

(Ceán Bermudez)

domingo, 17 de marzo de 2019

Olerdula - La Granada


La Granada, lugar de Cataluña, situado sobre una colina que domina el campo del  Panadés. Hubo en el una antigua población con el nombre Olerdula, pertenetiente a la región de los Cosetanos. Aun conserva grandes trozos de su muralla con torreones separados, en que están la iglesia y casa rectoral, un algibe, un pilón y varios silos cavados en la peña viva; y no hace muchos años que se encontraron en este mismo sitio diferentes monedas de plata desconocidas.

(Ceán Bermúdez)

Viriato

(?-Monte Herminius, hoy Serra da Estrella, Portugal, 139 a.C.) Caudillo lusitano que lideró la resistencia frente a la invasión romana. Era un pastor, por más que es definido en ocasiones como un bandido por la historiografía, lo que tampoco sería nada excepcional en las culturas de la península Ibérica, donde esta actividad era bastante común y en modo alguno estaba reñida con otras formas de sustento.
En el año 150 a.C., el pretor romano Galba convocó a una supuesta entrega de tierras a los lusitanos, que debían acudir sin armas; se trataba de una traición ignominiosa, pues, una vez reunidos, el pretor dio orden de asesinarlos. Entre los que lograron escapar a la terrible masacre se hallaba Viriato, que a partir de ese momento se convirtió en el líder de la lucha contra la dominación romana. Cercado por el pretor Cayo Vetilio en el 147 a.C., consiguió romper las líneas romanas y, con un millar de incondicionales, escapar hacia Tríbola y atraer a sus perseguidores a una emboscada en la cual sucumbió Vetilio.
Con esta victoria, Viriato decidió llevar la guerra hasta la meseta, donde derrotó a los cuestores Cayo Plaucio y Claudio Unimano, y ocupó Segóbriga. La reacción de Roma consistió en enviar un ejército consular mucho más poderoso que los que antes operaban en la península Ibérica, al mando del cónsul Fabio Máximo Emiliano, quien derrotó a Viriato en una batalla en campo abierto en el año 145 a.C., y le obligó a replegarse a Lusitania.
La situación cambiaría con la guerra de Numancia, pues el grueso de las legiones romanas fue obligado a empeñarse en las durísimas campañas contra los celtíberos, lo cual permitió a Viriato pasar a la ofensiva de nuevo. Derrotó al pretor de la Citerior, Quincio, y avanzó por la Bética, antes de verse forzado a retroceder de nuevo a la Lusitania.
Ya en su terreno, derrotó al cónsul Serviliano en el 141 a.C. y consiguió concluir un tratado de paz con Roma, que ésta, decidida a sofocar la resistencia de celtíberos y lusitanos, no tardó en romper. Se envió un nuevo ejército, al mando del cónsul Cepión, quien aprovechó unas negociaciones con los lusitanos para sobornar a varios lugartenientes de Viriato con el fin de que lo asesinasen, como así hicieron. Muerto el líder, la rebelión lusitana perdió fuerza, y en pocos años Roma consolidó su posición en la península Ibérica.

Biografías y Vidas

Aracillum - Aradelos

Aradelos, pueblo del partido de Reinosa en la hermandad de Aguílar de Campóo, fundado en el sitio que antes ocupó el de Aracillum en la región de los cántabros. En su recinto y en el vecino campo, que tiene tres leguas de largo, se ven rastros de antigüedad, y se encuentran monedas imperiales y otras antiguallas. No habiendo podido seguir los romanos a los cántabros, que se retiraron al monte Vindio después de la famosa batalla de Vellica, se apoderaron de Aracillum.

(Ceán Bermúdez)

viernes, 15 de marzo de 2019

Rubricata - Olesa


Olesa, villa del Principado de Cataluña, en el corregimiento de Mataró, situada en la orilla oriental del río Llobregat o Rubricatum, por lo que Pedro Marca dijo que se habia llamado Rubricata, pero otros anticuarios afirman que Olesa pertenecía a la región de los laietanos.
Haber sido población antiquísima de fenicios lo prueba un respetable monumento que se,descubrió no hace mucho tiempo en la casa de un vecino de esta villa. Parece haber sido, por su forma, peana de alguna estatua: tiene en el frontis el rostro o mascarilla, en medio relieve, de una muger,sin cuello y sin cabello: está cortada por la frente a modo de media luna: además de sus dos ojos, colocados en su sitio natural, se ven otros dos en las mejillas, con una boca muy grande y muy rasgada. En el reverso o espalda de la peana o pedestal, aparece también realzada,la cabeza de un buey, con sus cuernos y orejas.
El doctor don Jaime Pascual Caresmar, canónigo premostratense del monasterio de las Avellanas, escribió al dueño de esta' antigualla, una carta muy erudita, que he leido, sobre la significación de estas dos cabezas, diciendo que la primera lo era de la diosa Luna lucífera, que tuvo culto en Cataluña en tiempo de los fenicios, como lo manifestaba una inscripción, que se conserva en Isona y la segunda del buey Apis, consagrado por los mismos fenicios a la Luna, o de una becerra con que simbolizaban esta deidad, todo apoyado con la autoridad de antiguos y respetables autores.
Se encontraron ademas en esta villa muchas medallas con caracteres desconocidos, que recogió el dueño del monumento y regaló al dicho P. Caresmar. 

(Ceán Bermúdez)

La cuestión de Sagunto

La segunda guerra entre Cartago y Roma se inició por la disputa sobre la hegemonía en Sagunto, ciudad costera helenizada y aliada de Roma. Tras fuertes tensiones dentro del gobierno de la ciudad, que concluyeron con el asesinato de los partidarios de Cartago, Aníbal puso sitio a Sagunto el año 218 a. C., y a pesar de que ésta pidió ayuda a Roma, no la recibió. Tras un prolongado asedio y una lucha muy cruenta en la que incluso Aníbal resultó herido, el ejército cartaginés se apoderó de la ciudad, aunque no sin antes haber sido ésta prácticamente destruida por la batalla y posteriormente por sus habitantes. Muchos de los saguntinos prefirieron suicidarse antes de ser sometidos a la sumisión y la esclavitud que les esperaba a manos de Cartago.
Después la guerra continuó con la expedición de Aníbal a Italia. Fue entonces cuando se produjo la entrada de Roma en la península ibérica. El motivo que impulsó la invasión fue sobre todo la imperiosa necesidad de cortar los suministros, que procedentes de Cartago e Hispania, contribuían a la expedición de Aníbal que tanto daño estaba provocando en la península itálica.

(Wikipedia)

Ilerda - Lérida

Lérida, ciudad episcopal dé Cataluña, cabeza de su corregimiento, en los confínes de Aragón, a la orilla del rio Segre: fue municipio romano y la llamaban Ilerda; capital de los Ilergetes. Comenzó en sus campos la guerra civil de España, el año 50 antes del nacimiento de J.C. entre Pompeyo y César, que la rindió por hambre; y fue la sexta mansión de la vía militar que venia desde los Pirineos hasta León, y la duodécima de la qué iba desde Astorga a Tarragona. Acuñó monedas.
Se conservan en esta ciudad el puente de piedra sobre el Segre, del que habla Lucano; ruinas de otros edificios, e inscripciones romanas.

(Ceán Bermúdez)

Según me informa Miguel desde Lleida, el puente que cita Ceán Bermúdez ya no existe

martes, 12 de marzo de 2019

Nema - Aldelamaría

Aldelamaría, despoblado en el término y jurisdicción de la villa de Lora, y en una dehesa llamada María, distante media legua de otro despoblado nombrado Setafilla, hacia el Guadalquivir. 
En el de Aldelamaría estuvo la antigua ciudad de Nema de los turdetanos cuyas ruinas permanecen en lo alto de un cerro con grandes trozos de argamasa y fragmentos de un edificio cuadrado, despojos de otros, pedazos de ladrillos, tejas, piedras labradas, y la mitad de un pedestal.

(Ceán Bermúdez)

Aquae latae - Igualada 

Igualada, villa del corregimiento de Villafranca en el principado de Cataluña, distante tres leguas de Monserrat y diez de Barcelona. Llamáronla los romanos Aquae latae, y pertenecía á la región de los lacetanos. Conserva vestigios de su antigua población, y de unas termas que le dieron su nombre.

(Ceán Bermúdez)

sábado, 9 de marzo de 2019

Lucio Licinio Sura

Lucio Licinio Sura fue un político y militar romano, amigo personal del emperador Trajano y tres veces cónsul.
Sura era probablemente originario de Tarraco. Comenzó su cursus honorum bajo Vespasiano como cuestor de la provincia de Acaya. Llegó a ocupar el consulado en tres ocasiones, la primera como suffectus en un año indeterminado de la década del 90. Murió alrededor del año 108.

Wikipedia