Ruinas de "Iulio- briga" o "Julióbriga", fundada por la IV legión romana en el siglo I a.C., posiblemente sobre un antiguo castro cántabro.
Las ruinas apenas dejan entrever la que fue la mayor y más importante de las ciudades romanas en Cantabria. Se estima que las excavaciones solo nos dejan admirar un cinco por ciento de lo que fue una ciudad de al menos 20 hectáreas. En la actualidad, sobre las propias ruinas está levantado el pueblo de Retortillo.
Las excavaciones se vienen realizando desde finales del siglo pasado y en la actualidad las lleva el Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria.
Los materiales obtenidos permanecen en el Museo de Prehistoria en Santan- der. Hay tres zonas a visitar, separadas por una corta distancia.
Junto a la iglesia románica de Retortillo, que se levantó sobre las ruinas de la ciudad de Julióbri- ga aparecen los restos de los que debió ser un edificio público columnado, un foro. Por tanto, y tal como disponían los romanos las ciudades, sabemos que esto era el centro de la ciudad, no solo geográfico, sino económico, político y judicial.
Un poco más adelante, pasada la iglesia, está "La Llanuca", donde se descubrió la planta, en cimientos, de viviendas con peristilo y buen número de habitaciones. Al parecer pertenecen a dos casas con patio central, construidas en el siglo I d.C. para gentes de elevado estatus. Daban a una calle porticada, cuyas pilastras prismáticas se han reconstruido y que debió extenderse casi hasta la iglesia.
La primera casa, de grandes dimensiones, tenía un depósito de agua que posibilitaba, en diferentes habitaciones, tomar baños termales de agua fría, caliente, templada e incluso de vapor. Contaba con unos establecimientos comerciales abiertos a la calle porticada.
La segunda casa tiene una planificación simétrica perfecta, modelo de la arquitectura romana en Hispania. Tenía patio porticado y estancias en un segundo piso, no es seguro que ocuparan toda la planta de la casa, pero si al menos el ala que daba a la calle. La tercera zona de ruinas romanas está a ambos lados de la carretera que sube a Retortillo, antes de llegar al pueblo.
Los prados más altos, a la derecha según se sube, demarcan los cimientos de dos casas y un pozo donde se hallaron una estela romana y vasijas de madera y varios objetos: sigillata, pendientes de oro...
En la zona a la izquierda de la carretera se descubren grandes casas populares con sus patios empedrados, columnas, mosaicos, etc. Hay dos casas importantes, la llamada "casa de los Morillos", en la que se encontraron en la cocina dos figuras metálicas con forma de toro, empleadas para sostener la leña. Se construyó sobre el 80 d.C. sobre otra vivienda anterior que se quemó en un incendio. Se conserva el primer peldaño de la escalera al segundo piso.
La otra casa, llamada de "los mosaicos" por su pavimento, en tonos blancos y negros, es mucho más amplia. También tenía termas y se ha encontrado un "hypocaustum", sistema empleada para calentar las habitaciones mediante un doble suelo. También Julióbriga ha dado cerámicas indígenas de influencia celtibérica del tipo de las aparecidas en Celada Marlantes.
Con el declive del Imperio Romano, los habitantes de Julióbriga abandonaron la ciudad en la primera mitad del siglo III. Parece que, posteriormente, pudo haber algún poblado visigodo asentado por aquí, así como gente que llegó con la repoblación ( siglo VIII ), pero lo seguro es que no es hasta el año 1057, cuando los propietarios de las tierras en esos momentos ( Don Nuño Alvarez ) las ceden al monasterio de Santillana
Las ruinas apenas dejan entrever la que fue la mayor y más importante de las ciudades romanas en Cantabria. Se estima que las excavaciones solo nos dejan admirar un cinco por ciento de lo que fue una ciudad de al menos 20 hectáreas. En la actualidad, sobre las propias ruinas está levantado el pueblo de Retortillo.
Las excavaciones se vienen realizando desde finales del siglo pasado y en la actualidad las lleva el Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria.
Los materiales obtenidos permanecen en el Museo de Prehistoria en Santan- der. Hay tres zonas a visitar, separadas por una corta distancia.
Junto a la iglesia románica de Retortillo, que se levantó sobre las ruinas de la ciudad de Julióbri- ga aparecen los restos de los que debió ser un edificio público columnado, un foro. Por tanto, y tal como disponían los romanos las ciudades, sabemos que esto era el centro de la ciudad, no solo geográfico, sino económico, político y judicial.
Un poco más adelante, pasada la iglesia, está "La Llanuca", donde se descubrió la planta, en cimientos, de viviendas con peristilo y buen número de habitaciones. Al parecer pertenecen a dos casas con patio central, construidas en el siglo I d.C. para gentes de elevado estatus. Daban a una calle porticada, cuyas pilastras prismáticas se han reconstruido y que debió extenderse casi hasta la iglesia.
La primera casa, de grandes dimensiones, tenía un depósito de agua que posibilitaba, en diferentes habitaciones, tomar baños termales de agua fría, caliente, templada e incluso de vapor. Contaba con unos establecimientos comerciales abiertos a la calle porticada.
La segunda casa tiene una planificación simétrica perfecta, modelo de la arquitectura romana en Hispania. Tenía patio porticado y estancias en un segundo piso, no es seguro que ocuparan toda la planta de la casa, pero si al menos el ala que daba a la calle. La tercera zona de ruinas romanas está a ambos lados de la carretera que sube a Retortillo, antes de llegar al pueblo.
Los prados más altos, a la derecha según se sube, demarcan los cimientos de dos casas y un pozo donde se hallaron una estela romana y vasijas de madera y varios objetos: sigillata, pendientes de oro...
En la zona a la izquierda de la carretera se descubren grandes casas populares con sus patios empedrados, columnas, mosaicos, etc. Hay dos casas importantes, la llamada "casa de los Morillos", en la que se encontraron en la cocina dos figuras metálicas con forma de toro, empleadas para sostener la leña. Se construyó sobre el 80 d.C. sobre otra vivienda anterior que se quemó en un incendio. Se conserva el primer peldaño de la escalera al segundo piso.
La otra casa, llamada de "los mosaicos" por su pavimento, en tonos blancos y negros, es mucho más amplia. También tenía termas y se ha encontrado un "hypocaustum", sistema empleada para calentar las habitaciones mediante un doble suelo. También Julióbriga ha dado cerámicas indígenas de influencia celtibérica del tipo de las aparecidas en Celada Marlantes.
Con el declive del Imperio Romano, los habitantes de Julióbriga abandonaron la ciudad en la primera mitad del siglo III. Parece que, posteriormente, pudo haber algún poblado visigodo asentado por aquí, así como gente que llegó con la repoblación ( siglo VIII ), pero lo seguro es que no es hasta el año 1057, cuando los propietarios de las tierras en esos momentos ( Don Nuño Alvarez ) las ceden al monasterio de Santillana
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