Cómo se diseñó la Barcino romana?
Pensad en Barcelona hace un poco más de dos mil años. Existía una montaña situada delante del mar, llamada Taber, cuya cima estaba situada muy cerca de donde hoy se encuentra la Plaza Sant Jaume. Un lugar privilegiado, con vistas a las playas y a las tierras fértiles de los alrededores.
Allí es donde se pusieron a trabajar algunos de los técnicos que estaban al servicio del Imperio Romano. Tal vez se tratase de legionarios dirigidos por un Prefectus Castrorum, un oficial con la responsabilidad de trazar campamentos y fortificaciones. Decidieron el punto de partida y la forma de una ciudad nueva que tendría el nombre de Colonia Iulia Augusta Paterna Fauentia Barcino. Una colonia en honor del emperador Augusto, y que se extendería de manera regular, ordenada y moderna sobre toda la montaña. Con manzanas rectangulares y calles anchas y rectas y con una muralla a tocar de las dos rieras que la rodeaban.
Estos hombres eran gromaticis y mensores, los topógrafos de la época. Con una groma, sobre una piedra en el punto más alto de la montaña, un augur hizo una oración y una ofrenda a los dioses del lugar y a la salud del emperador, y trazaron un eje que transcurría de montaña a mar, que se llamaría Decumanus Maximus, y una perpendicular en el sentido paralelo al mar, que se llamaría Cardo Máximo. Hombres con cuerdas y palos con banderines fueron marcando las esquinas de las manzanas de casas. Mientras tanto, una groma paralela a la central marcaba los puntos donde estas calles se encontraban con la muralla, y se señalaban las cuatro puertas. Después un arado, arrastrado por dos bueyes, abrió un surco marcando todo el perímetro, interrumpido donde estaban las cuatro puertas.
Finalmente se consagró el recinto con una oración y un sacrificio a los dioses y al emperador.La agrimensura romana y el diseño de Barcino
Finalmente se consagró el recinto con una oración y un sacrificio a los dioses y al emperador.La agrimensura romana y el diseño de Barcino
Mientras allí se iniciaba la construcción de las calles y los templos, aquellos hombres comenzaron a organizar el territorio de la llanura, y con una dioptra, desde lo alto de la montaña de Barcino, enfocaban el resto de montañas cercanas y comenzaron a tomar medidas para organizar y marcar con postes las parcelas iguales que se repartirían entre los colonos que tenían que venir a establecerse en la ciudad. De esa manera se inició la centuriación de la llanura. Una vez escogidos los puntos de referencia, era necesario extender la división de las tierras a lo largo de la llanura, marcando los nuevos caminos que darían acceso a la cuadrícula de parcelas.
Otros técnicos estudiaron como llevar las aguas de las fuentes cercanas hasta dentro de las murallas, para abastecer de agua potable y para sacar los residuos de la ciudad por las cloacas hacia las rieras cercanas. Para ello se usaron los corobates, instrumentos para señalar las pendientes precisas que permitirían traer el agua, con canales en tierra o bien con acueductos. También estudiaban las pendientes de las cloacas que tenían que evacuar las aguas de las lluvias y los residuos de las casas y los baños públicos de la ciudad.
La ciudad se iba construyendo, se utilizaban plomadas, escuadras de constructor y niveles de agua, y las herramientas para tallar la piedra de Montjuïc. La agrimensura romana y el diseño de Barcino Una ciudad que desde aquellas primeras decisiones ha ido creciendo y se ha transformado hasta llegar a ser la que hoy es nuestra Barcelona.
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