Indignados por la piratería balear, Roma mandó una expedición encabezada por el cónsul romano Quintus Cecilius Meteleus para enseñarles a los isleños el error de sus acciones. Conociendo bien la fama de los honderos mallorquines en las batallas, el cónsul tomó la precaución de cubrir sus barcos con piel. Esto aminoraba el impacto de las piedras tiradas por los honderos y llevo a la victoria de los romanos, aunque había tardado dos años en llegar tal era la ferocidad y puntería de los defensores de la Isla.
Dos mil Romanos fueron dejados en la Isla a los que se unieron tres mil colonos que se dispersaron por la Isla y que se asentaron alrededor del palacio de la Almudaina – la primera parte de la ciudad en ser amurallada – y en Pollentia en el noreste, sitio del asentamiento fenicio. Pollentia era el puerto para las ciudades romanas en el noreste del mediterráneo, Palmeria el puerto usado para comerciar con carthage y el resto de Africa. La carretera Palma – Pollença sigue la antigua vía romana muy de cerca, aunque el sitio de Tuccis, todavía no se ha identificado.
Palmeria era un campamento romano, fundado sobre los restos del asentamiento talayótico. Su posición estratégica trajo un incremento en el comercio y la prosperidad de las Isla. Nuevos métodos de labranza introducidos por los romanos llevo a la producción de trigo y vino. Los olivos fueron importados y floreció la producción de sal.
(Mallorca incógnita)
Selección
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