La localidad rescata en una conferencia la historia de una finca monumental única en España mientras intenta un nuevo acercamiento con sus propietarios para poder volver a estudiar los restos
El yacimiento no puede estudiarse in situ por ser privado.
Un yacimiento por redescubrir. Un debate entre catedráticos enfoca de nuevo la vista en Xauxelles, un palacete que existió en La Vila Joiosa cuya primera intervención arqueológica se remonta a 1946 y cuyo yacimiento, salvo un trabajo realizado en los 90, no ha podido volver a ser estudiado.
A 70 metros a nivel de mar, alejada de la costa, en La Vila Joiosa, está la villa de Xauxelles. Un lugar donde se encontraron restos romanos e ibéricos en los años 40 y que actualmente está siendo objeto de debate entre catedráticos. Unos dicen que se trata de un palacete islámico. Otros, los que tienen más cerca los restos extraídos en la última prospección arqueológica realizada en el lugar, están convencidos de que se trata de una villa romana única en España que fue propiedad del senador de origen dianense Lucio Lucrecio Servilio Galo Semproniano.
Ambos bandos defienden sus hipótesis con investigaciones que no se están llevando a cabo "in situ". Y es que Xauxelles, islámica o romana, es propiedad privada y, por ello, desde que en 1946 y 1948 el padre Belda (un sacerdote muy conocido en el ambiente arqueológico valenciano) excavó en ella, nadie ha podido volverlo a hacer.
Actualmente desde la Concejalía de Cultura de La Vila se está volviendo a intentar un acercamiento con sus propietarios. El objetivo es poder destapar el yacimiento, el cual, según declaró el arqueólogo municipal Antonio Espinosa, podría ser clave para explicar cómo era la vida de los altos cargos romanos que en una etapa turbulenta abandonaron las ciudades con sus soldados para irse a vivir a sus fincas del campo.
Mientras el permiso llega, Cultura rescataba la pasada semana del olvido de los vecinos la existencia de esta villa monumental. Lo hacía con una conferencia impartida por la arqueóloga benidormense María Dolores Lloret. Ésta redescubrió el palacete romano y algunos de sus secretos. Así, desgranó las hipótesis sobre el sentimiento religioso de sus moradores a través de los fragmentos hallados con formas de animales que hablan del culto a Mitra ("el dios persa que le hizo competencia al Cristianismo en el siglo VI"), de Afrodita, de Hécate o de Trivia. Habló de las estancias de sus termas, de su decoración, de su uso. Repasó las pistas sobre cómo se organizaba el territorio rural en tiempos de los romanos y destacó la riqueza de los mosaicos que fueron encontrados en el cerro y que se expondrán en el futuro museo local cuando esté terminado. Como broche final, el deseo del público de que algún día este yacimiento también se pueda visitar.
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