Aunque gaditano por nacimiento, vivió en Roma durante el reinado de Domiciano; allí fue celebrado por el ingenio y la dulzura de sus versos por su amigo Marco Valerio Marcial, quien decía de él que "se reía de todo", y también por Tito Livio; este último le reprendió suavemente por lo mucho que le gustaba el trato con las damas. Entre sus muchas amantes terminó por ser su esposa al parecer Teófila, poetisa de origen helénico, culta, amable y de morigeradas costumbres, que praticaba la filosofía del Estoicismo.
Canio Rufo escribió elegías, epigramas y tragedias, y Casitto le atribuye ser el verdadero autor del Satyricon de Petronio.
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