sábado, 16 de enero de 2021

La conquista romana de la Península- Capítulo 7 y último


La obra de César 

Es tradicional considerar las fases del asentamiento romano en la Península en dos periodos diferenciados: el anterior y el posterior a César, porque su política en Hispania marca un profundo avance en la incorporación de la Península a la romanización. Sus medidas tuvieron como fin más inmediato el total sometimiento de la provincia Ulterior, con una serie de disposiciones favorables para quienes fueron leales, con la consiguiente represión y castigo a sus enemigos vencidos. Concesiones de ciudadanía, fundaciones coloniales, reformas y repartos agrarios, medidas fiscales y administrativas contribuyeron a conseguir cambios sustanciales y al desarrollo de la organización municipal. 

Concedió asignaciones de tierras a sus veteranos y a elementos procedentes del proletariado romano urbano, permanente foco de conflictos en Roma. El  resultado fueron unos asentamientos, donde romano-itálicos se mezclaron con las promociones de gentes autóctonas. Con ello no sólo se lograba crear una considerable infraestructura administrativa y urbana, necesaria para su organización y control, sino que contribuía a expandir entre los indígenas la cultura y los modos de vida romanos, sin olvidar que, a la vez, creaba para sí las relaciones cliente-patrono que aseguraban su poder político en la Península . 

Algunos de los centros son colonias de nueva creación:  Scallabis (Santarem),  Hispalis, (Sevilla),  Urso (Osuna),  Hasta Regia (en Jerez de la Frontera),  Ucubi (Espejo),  Itucci (En Baena). 

La colonización, en su estricto sentido no alcanzó su importancia y extensión hasta que César sentó las bases para su desarrollo en el Imperio. Otros núcleos urbanos adquirieron el rango de colonia como Metellinum, fundada por Cecilio Metello,  Carthago Nova,  Tarraco y Celsa (Velilla del Ebro). Se  trataba de donación de tierras, ventajas fiscales y sobre todo, jurídicas, como las ciudadanías latina y romana. 

Si  no por su originalidad, la obra de César supera la de sus antecesores por su mayor apertura y,  sobre todo, por la genialidad de su visión política. Es muy posible que Julio César utilizara los modelos ya iniciados por Pompeyo, e incluso anteriormente por Sertorio, en su política de capta ción del elemento indígena para su causa, ofreciendo a cambio unos beneficios para cuyo disfrute exigía necesariamente la adaptación e integración en el “mundo romano”. Su  obra podía definirse como uno de los pasos más decisivos hacia la consolidación del asentamiento social y administrativo romano.

Pilar Fernández Uriel 

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