Alcalá de Guadaira, así llamada por; el río que la baña, y de los Panadero por el rico pan que amasan y llevan a vender todos los días a Sevilla de la que dista al oriente dos leguas, y está en su provincia y partido.
La llamaron los romanos Hienipa, como lo prueba la inscripción grabada en una piedra de mármol, y incrustada en una esquina de un antiguo y arruinado castillo que existe en esta misma villa.
Rodrigo Caro dice que la copió con todas sus cisuras y defectos y con toda la atención y fidelidad qne supo y pudo. No cabe duda era que el cabildo o ayuntamiento de Hienipa, y en que este nombre es el mismo que tuyo Alcalá de Guadaira en tiempo de los romanos, en cuyo recinto se halla la inscripción, caracterizada por esto solo de geográfica, aunque ningún geógrafo antiguo hace mención de este pueblo.
A esto se añade que Alcalá de Guadaira conserva otros vestigios de pueblo romano, y otra inscripción en una lápida de mármol del tamaño de una vara de ancho y de tres cuartas de alto, sostenida por dos genios de medio relieve, y colocada, si no la mudaron, al pie de la Cruz que está á la salida de la villa, en el camino que va a Sevilla. Es un epitafio de Marco Acenna, hijo de M. Acenna, de la tribu Galeria, por sobrenombre Helvio Agrippa, de cuya familia hay inscripciones en Sevilla y Santiponce. En fin, en Alcalá de Guadaira hicieron los romanos la famosa mina de piedra labrada por la qué pasa el agua que provee abundantísimamente a Sevilla.
(Ceán Bermúdez)
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