viernes, 21 de enero de 2022

Villa los Cipreses - Jumilla


En el siglo III a. C. los cartagineses, instalados en el Sureste y el Levante peninsular, habían pedido ayuda a los autóctonos íberos en su lucha contra las tropas del Imperio Romano, que pretendían aniquilarlos en el transcurso de la II Guerra Púnica. Estos pueblos íberos fueron un gran refuerzo para el ejército cartaginés de Aníbal, pero el Imperio Púnico perdió la guerra contra los romanos y los poblados nativos fueron destruidos de forma violenta. Jumilla pasó a pertenecer al Imperio Romano y sus tierras de cultivo fueron cuadriculadas y distribuidas entre los legionarios licenciados. Este sistema de repartición se conoció como 'centuriaciones'.

Toda la zona se inundó de 'villas' romanas, que han dejado un legado arqueológico magnífico para profundizar en esta cultura. Se trataba de centros de explotación agrícola y ganadera, que se solían desarrollar en ambientes rurales. Interesa destacar de entre este patrimonio una estatua de bronce del dios Hypnos y los mosaicos de la Villa de los Cipreses. Ésta era un centro de explotación agropecuaria y zona residencial de importantes terratenientes, constituyendo una clara evidencia del proceso de romanización en la comarca. 

Del siglo V d. C. existe un testigo único en la Región, El Casón. Está situado en el casco histórico de Jumilla y es una construcción funeraria paleocristiana con planta de cruz griega, tres pequeños ábsides y un arco de entrada.

Los materiales constructivos son el mortero mezclado con cerámica y la piedra sin labrar. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1931, por lo que su nivel de protección es máximo.

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