Es el tercer yacimiento romano situado entre la carretera de Logroño-Mendavia y el Ebro. Se localiza sobre una terraza elevada asomada hacia dicho río. La zona de hallazgos se extiende por un radio muy extenso a ambos lados del camino que conduce al lugar. El paraje, llamado Soto Real o Soto Galindo, pertenecía ya en el siglo XIV a los reyes de Navarra y en 1630 el Ayuntamiento de Viana lo compró a Felipe IV de España. Hasta el siglo XIX formaba un frondoso bosque y fue roturado para parcelas. Los materiales arqueológicos recogidos son muy abundantes y variados.
Los materiales de construcción consisten en sillares de piedra, tégulas con lomos de diversos perfiles, ladrillos rectangulares con estrías paralelas, rectas y curvas, y ladrillos circulares.
Además de unos pocos fragmentos de cerámicas aretinas, las cerámicas sigillatas son abundantísimas y las más antiguas muestran buenas pastas y barnices brillantes, compactos y homogéneos, mientras que las más tardías, pastas blandas y barnices mates poco consistentes y aplicados a las superficies irregularmente.
Los motivos decorativos son muy variados. Las figurillas humanas representan hombres desnudos, guerreros y jinetes, y los mamíferos y aves son casi siempre difíciles de identificar. Los vegetales forman frisos de guirnaldas de hiedra y palmetas, de rosetas con diversos pétalos y de plantas con grandes hojas. El motivo más utilizado es el círculo individual, concéntrico o cruzado, pero también aparecen los gallones, palmetas y rombos. Los motivos más tardíos, siglo IV, son las flechas y los baquetones dentro de grandes círculos o semicírculos yuxtapuestos y secantes.
Los frisos horizontales de separación se adornan con circulitos, puntas de flecha, palmetas y aves, y los motivos verticales con líneas onduladas dan lugar a una decoración metopada. Algunos vasos presentan decoración a ruedecilla y algunos grafitos, entre los que destaca uno que se lee VICT. Un fragmento muestra la decoración impresa del anverso de una moneda del emperador Lucio Vero; su busto aparece a la derecha con la leyenda: IMP CAES AUREL VERVS AVG. Está datada entre el 161 y el 163 d. de C.*?. En la cercana Varea aparecieron dos fragmentos cerámicos idénticos al descrito!Las estampillas de alfarero de los fondos de tres vasijas atestiguan la presencia de los principales alfares riojanos en el yacimiento. Dentro de una estampilla alargada se lee: O.L.S TIM, que corresponde a Sempronius conocido alfarero de Tricio, cuyos vasos fueron realizados desde finales del siglo 1 hasta bien entrado el 11. Otro fondo reproduce la marca incompleta OF. SA que corresponde a un alfar de Bezares de un Sabino o un Saturio. En la tercera estampilla figura la terminación APA, marca de Tricio del conocido ceramista Valerius Paternus, fechable hacia el 83 d. de C.
Pero también, dos moldes cerámicos comprueban en este asentamiento la existencia de un alfar. Uno de ellos muestra ovas y guirnaldas vegetales que imitan a los productos gálicos. El otro ofrece un círculo sogueado y un motivo vertical de separación con líneas onduladas y flechas en su interior.
Las cerámicas comunes son muy variadas tanto por sus pastas como por sus coloraciones. Las hay de superficies grises, rugosas; algunas ollitas están barnizadas con colores rojizos y marrones, los platos muestran el color rojo pompeyano, las jarras engobes amarillentos. Otros fragmentos pertenecen a ánforas y a grandes vasijas de almacenamiento, las tinajas.
De entre los materiales metálicos recogidos sobresale un colgante fálico de bronce, amuleto con argolla para su suspensión, que ofrece semejanzas con otro de Varea y que pueden fecharse en el siglo 1 d. de C. Han sido recogidas 22 monedas romanas: 2 del siglo 11, una del III y el resto del IV.
Dos grandes bronces pertenecen a Trajano y a Antonino Pío. El resto son bronces, a veces difíciles de clasificar por su mal estado, pero se reconocen 1 de Claudio del siglo III y el resto del siglo IV: 2 de Constantino, 1 de Constante, 1 de Constancio, 1 de Magencio, 2 de Constancio II y 1 de Graciano.
En 1988 y años posteriores, el Servicio de Excavaciones del Gobierno de Navarra realizó una corta excavación, junto al camino, que sacó a la luz un hipocausto, lo que demuestra la importancia de esta villa,
Teniendo en cuenta la gran extensión de este enclave y los interesantes materiales citados, se trata de un importante asentamiento, sin duda la principal villa de la margen izquierda del Ebro. La cronología proporcionada por algunos vasos cerámicos así como por las estampillas de alfarero se remonta a la segunda mitad del siglo 1. En cambio, los motivos de las cerámicas tardías evidencian el siglo IV. Con estas conclusiones está de acuerdo la cronología de las monedas: la más alta pertenece a Trajano hacia el año 104-110 y la más tardía a una de Graciano del año 375.
Así como en otros asentamientos romanos citados, hubo una continuidad de poblamiento que dio origen a unas aldeas medievales, estos del Ebro desaparecieron, ignoramos las causas, quizá debido a la inseguridad en tiempos de invasiones por estar muy cerca de una vía muy transitada.
Cultura Navarra
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