El nuevo general en jefe de las tropas estacionadas en Iberia llegaría a Ampurias en el otoño del 210 a.C. con treinta quinquerremes y dos legiones (10.000 infantes y 1.000 jinetes), que unidas a las que ya había en la Península sumaban cuatro legiones, consideradas suficientes para afrontar con garantías la dura campaña militar que le esperaba.
Lo avanzado de la estación impedía que comenzara actuaciones militares de envergadura, por lo que se empleó en fortalecer su posición al norte del Ebro; en concretar alianzas con las tribus indígenas; y en preparar, durante el invierno, la campaña del año siguiente informándose de la situación de los tres ejércitos cartagineses en la Península: uno al mando de Asdrúbal Barca que operaba en la zona de la Carpetania; otro a las órdenes de Magón situado en las proximidades del estrecho de Gibraltar; y el tercero comandado por Asdrúbal Giscón en las inmediaciones de la desembocadura del Tajo.
Los planes de Escipión consistían en llevar la guerra al territorio dominado por los cartagineses y, por ello, necesitaba bases militares en el sur peninsular. El joven general, después de un minucioso estudio, puso sus ojos en Cartago Nova por reunir importantes cualidades como la existencia de un puerto capaz de albergar una fuerza naval además de constituir un favorable punto estratégico y comercial para travesías por mar. Su conquista, además, proporcionaría a Roma las importantes minas de plata de la zona. En Cartago Nova se concentraban las reservas dinerarias cartaginesas, gran parte del equipamiento de los ejércitos púnicos y, lo más importante, los rehenes entregados por las tribus hispanas como garantía de su fidelidad lo cual constituía un botín político excepcional puesto que con su posesión podía cambiar radicalmente el sistema de alianzas de las tribus indígenas con ambos contendientes. A todo ello había que sumar la consideración de inexpugnable, protegida por el mar y un estrecho istmo, que le habían dado los cartagineses confiados en que nadie se atrevería a dirigirse contra su colonia, la cual sólo estaba custodiada por un millar de soldados, con lo que su conquista podría convertirse en una inyección de moral para las tropas romanas, sobre todo para los veteranos que habían sufrido las derrotas de campañas anteriores.Mural UV
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