Erigido en honor al emperador Trajano y a los dioses de Roma por Caius Iulius Lacer. De traza sencilla, tiene planta rectangular siendo su fábrica de sillería de granito almohadillado. Dos columnas de orden toscano enmarcan la puerta de entrada, el interior se divide en naos y pronaos, y en el exterior remata la fachada un frontón triangular, cubriendo todo el edificio un tejado a dos aguas.
En el siglo XIII se cristianiza bajo la advocación de San Julián, añadiéndosele nuevos elementos arquitectónicos como el calvario y la espadaña. En la reconstrucción del siglo XIX D. Alejandro Millán y Sociats le devuelve su aspecto original siendo de este momento la verja que cierra el edificio.
La inscripción reproducida en los siglos XVI y XIX a partir de la original dice así:
"Consagrado al Emperador Nerva Trajano, César Augusto Germánico, Dácico. Este templo en la roca del Tajo de los supremos dioses y del César lleno donde el arte se ve vencido por su propia materia, quizás la curiosidad de los viajeros, cuyo cuidado es saber cosas nuevas, se pregunten quién lo hizo y con qué intención. El puente destinado a durar por siempre en los siglos del mundo, lo hizo Lacer, amoso por su divino arte..."
Iberia Mágica
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