martes, 19 de noviembre de 2019

Villa romana de La Olmeda


Historia
El descubrimiento del yacimiento arqueológico tuvo lugar en el verano de 1968 con motivo de la realización de unas labores agrícolas en el pago conocido con el nombre de La Olmeda, término municipal de Pedrosa de la Vega (Palencia), que al tropezar con restos de una vieja pared fueron el principio de una investigación arqueológica. La incógnita pronto se despejó con el hallazgo de uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo romano hispánico. Una espléndida villa rural con aires palaciegos cuyo momento de esplendor, hace 1600 años, la fortuna y los trabajos de excavación, investigación y consolidación de las estructuras así como de los pavimentos de mosaico descubiertos, nos devuelve ahora.
La Villa Romana La Olmeda, es una gran mansión rural del Bajo Imperio (s. IV d.C.), cuyo edificio principal o pars urbana, es de planta cuadrada flanqueada por torres en cada esquina y se dispone en torno a un patio central y peristilo al que se abren las distintas dependencias. Esta villa palaciega abarca una extensión en superficie de 4400 m2 con un total de 35 habitaciones repartidas entre la vivienda principal y los baños, 26 de las cuales están decoradas con 1450 m2 de mosaicos polícromos conservados in situ. El conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural el 3 de abril de 1996.
La monumental fachada del edificio, con un pórtico columnado y flanqueado por dos torres de planta octogonal, se orienta al Sur. Traspasada ésta, se accede al interior de la domus o vivienda por un vestíbulo (V-03) cuyo mosaico se conserva prácticamente intacto. Al fondo del vestíbulo, dos columnas marcan la separación entre él y una amplia galería transversal en cuyos extremos convergen otras con bellos mosaicos geométricos, que son el acceso a las principales habitaciones de la mansión, representativas del estatus social, cultural y económico de sus antiguos propietarios y por tanto, más ostentosas.
Las orientadas al Este, de gran importancia y suntuosidad, entre las que se encuentra el Oecus o salón de recepciones, un pequeño comedor (V-13) y una habitación con hypocaustum o calefacción (V-16), conservan espléndidos mosaicos. También las orientadas a Poniente, siendo el Triclinium o gran comedor la sala principal (V-32), con reformas de época romana que acrecientan su interés arqueológico.
Por el contrario, las habitaciones en torno al peristilo Norte y Sur presentan suelos más sencillos de tierra apelmazada o de Opus Signinum (mortero de cal y fragmentos cerámicos) que atestiguan un uso secundario o de servicio, siendo probablemente las cocinas y despensas de la casa, cuya cercanía a los accesos confirmaría esta finalidad. Además, en ambas zonas se han encontrado restos de escaleras que condujeron a una segunda planta, no conservada en la actualidad, y de la que se hallaron restos de mosaicos, tanto geométricos como figurativos, consolidados y expuestos al público en varias zonas de la villa sobre soportes metálicos.
Por último, la fachada Norte del edificio (V-40) contaría con un pórtico, reforzado con contrafuertes y flanqueado por torres de planta cuadrada. Su vestíbulo de acceso a la casa (V-22), pavimentado con suelo de tierra apelmazada, confirmaría un uso secundario o de servicio.

Oecus
El Oecus o salón principal (V-14), de 175 m2, conserva en muy buen estado uno de los principales mosaicos figurativos de época romana que se conservan en Europa. Tesellas o piedras de diminuto tamaño y diversidad de color se van ordenando armoniosamente hasta formar escenas. La principal narra el conocido episodio de Aquiles descubierto por Ulises en Skyros, orlado por una bella cenefa a modo de friso con una serie de retratos, probablemente de los dueños de la mansión, entre ánades heráldicas terminadas en delfines.
Bajo el tema principal, se puede observar una cacería de gran realismo: Cazadores a pie y a caballo, armados con espadas y lanzas o pilla, entre diversos animales de gran veracidad anatómica, propios de la fauna ibérica y algunos exóticos procedentes de África.

Los baños o Balnea de la Villa Romana La Olmeda
Los baños o Balnea de la Villa Romana La Olmeda constituyen un espacio diferenciado en el sector Oeste del edificio principal de la villa o pars urbana. Fueron identificados ya en las excavaciones dirigidas por Pedro de Palol y Javier Cortes en 1970. Desde entonces, se han sucedido una serie de actuaciones, las más recientes en 2010 y 2011. El objetivo primordial fue la delimitación del perímetro exterior del complejo, su protección, excavación completa y consolidación de las estructuras y pavimentos de mosaico. En resumen, tras estas intervenciones se puede contemplar un complejo termal anexo al palacio de la villa, con una superficie de algo más de 900 m2.
La organización de las estancias evidencia dos zonas a ambos lados del corredor de acceso desde la domus o vivienda principal. Este gran corredor, de más de 40 metros de largo, se hallaría cubierto, como da a entender la presencia de contrafuertes exteriores, y pudo ser aprovechado como palaestra para realizar ejercicios físicos, dada su longitud.
El sector Sur contiene una gran estancia (B-12) de planta circular con ángulos en esquina, calefactada mediante hipocaustum de canales radiales, que tal vez fuera una habitación templada, y cuatro pequeñas habitaciones anexas, posiblemente utilizadas como unctoria o salas de masaje.
El sector Norte parece configurarse como el espacio en el que se ubican las dependencias más específicas del ritual termal.
Se identifican hasta el momento: Una gran sala cuadrada con esquinas redondeadas y banco corrido de fábrica en algunas zonas, interpretada como vestuario o apodyterium (B-02), que dispone además de una bañera ovalada de inmersión y estanca en uno de sus ángulos, con peldaños de bajada en su interior; Al fondo del apodyterium o vestuario, se observa un ámbito de planta trilobulada y peldaños de bajada, utilizado como piscina de agua fría o frigidarium (B-03); Al Oeste del vestuario fueron excavadas en 2010 las habitaciones de las zonas templada y caliente de los baños (tepidaria y caldaria) y cuentan con sistemas de calefacción y un pequeño ámbito rectangular, añadido al norte, donde se inscribe el horno o praefurnium de los baños y el almacén del combustible o propnigeum; Al Este del vestuario se observa una estancia, a la que se accede a través de un pequeño vestíbulo.
Cuenta con un profundo canal de desagüe y pavimento de baldosas cerámicas, que parece apuntar a su uso como latrinae (B-05).
Pars Rustica: En las proximidades del edificio principal se han excavado estructuras que pertenecieron a la zona de trabajo de la finca, donde se encontraban los graneros, alfares, talleres, cuadras y almacenes de la villa junto con las viviendas humildes de los trabajadores y diversas necrópolis con abundante e interesante material que permite estudiar y conocer mejor el mundo tardo-romano en la meseta.
En Saldaña, localidad a 6 kilómetros de la villa, se completa la visión de la vida en la Roma bajo-imperial con la visita al Museo de La Olmeda, donde se exponen los objetos aparecidos en las ruinas: monedas, vajilla fina de mesa realizada en terra sigillata, herramientas de labradores y artesanos, los arreos de bronce de sus veloces caballos y los frágiles vasos de color verdoso, encontrándose estos últimos como ofrendas funerarias colocadas junto al cadáver en las tumbas de las necrópolis.

Villa Romana La Olmeda

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