domingo, 19 de abril de 2020

Gades - Cádiz


La segunda guerra entre la república cartaginesa y la república romana se inició por la disputa sobre la hegemonía en Sagunto, ciudad costera helenizada y aliada de Roma. Tras muchas luchas entre los romanos y cartaginenses en la península ibérica, solo Gádir con la ayuda de Magón Barca se mantuvo en pie, siendo sitiada por Escipión el Africano; se entregó incondicionalmente a Roma en el año 206 a. C. aunque manteniendo su intensa actividad comercial.
Adquirió el estatuto de civitas foederata (ciudad federada de Roma). Este privilegio le permitió mantener su autonomía política y económica y ello se vio beneficiado en la economía de la ciudad, que aumentó considerablemente, además de estar exenta de pagar impuestos.
La ciudad contaba con su propia moneda para facilitar el comercio. El anverso mostraba a Hércules, su fundador, y el reverso mostraba uno o dos atunes.
Contaba también con un faro escalonado, típicos de las ciudades del Mediterráneo, decorado mediante retícula romboidal. Las representaciones antiguas muestran un faro de doce cuerpos, con escaleras exteriores. Hasta el siglo XII se conservó un faro-torre de tres cuerpos que enaltecía una estatua gigante de Hércules.
Con la conquista romana, se reforzaron las comunicaciones terrestres de Gades con el resto de la península y con Roma, la inicialmente denominada Vía Hercúlea y, más tarde, Vía Augustea. Se construyeron un circo romano, un acueducto, más templos, etc. En esta época se hicieron famosas las exportaciones gaditanas de garum. El otro cambio estructural fue la traída de agua a la ciudad a través de un acueducto desde Tempul; significaba acabar con el sistema de cisternas fenicio y establecía nuevas relaciones con el territorio circundante. Cuando en la decadencia de la Gades romana desaparece ese acueducto, la ciudad volverá al sistema de cisternas y hasta la segunda mitad del siglo XIX no tendrá conducción de agua desde tierra firme.
Se construye la ciudad nueva por iniciativa de Balbo el Menor, entre cuyos restos destaca el teatro.
Esta ciudad nueva representa el auge máximo de la Cádiz romana, pero que seguía siendo la ciudad de los gaditanos, expertos navegantes y constructores de barcos, una ciudad rica a causa del comercio y a la que solo Roma superaba en población.[2]​ Llegaron a vivir en la ciudad más de quinientos equites, compitiendo con Padua y la misma Roma.[2]​ Durante el reinado de Augusto, la ciudad se llamó Augusta Urbs Gaditana.
Con la oligarquía encabezada por la familia de los Balbos, familia de larga tradición fenicia, que adopta el partido del César (Julio César extendió a sus habitantes la ciudadanía romana en 49 a. C., según Dión Casio, 41, 24) contra los pompeyanos, vuelve a florecer la ciudad durante los últimos años de la República romana y el principado de Augusto.[3]​ Aunque Estrabón nos cuenta como César abolió algunas costumbres gaditanas autóctonas por considerarlas bárbaras. En estos y posteriores años se hacen famosas las puellae gaditanae, bailarinas de Gades, como la citada por Marcial, Telethusa.

Wikipedia

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