miércoles, 1 de julio de 2020

Caparra

De origen incierto, la población de Cáparra llegó a ser municipium de Roma con el emperador Vespasiano. Su privilegiada situación en la Vía de la Plata impulsó su crecimiento.
A pocos kilómetros de la ciudad cacereña de Plasencia, en el término de Oliva de Plasencia, hallarás el cautivador yacimiento de Cáparra. Una ciudad que bajo el dominio de Roma llegaría a convertirse en un importante nudo de comunicaciones en el eje norte-sur entre Emérita Augusta (Mérida) y Artúrica Augusta (Astorga) que forma la Vía de la Plata. Esta situación estratégica le aseguró un lugar preferente entre los municipios romanos de la Lusitania, impulsando su desarrollo y su paulatina monumentalización, de la que dan fe los numerosos restos arqueológicos.
Amurallada en su totalidad, Cáparra tenía tres puertas de acceso, situadas respectivamente al sureste, este y oeste. Dos eran las vías principales que vertebraban la ciudad, el cardo y el decumano. Ésta última coincidente con el trazado de la Vía de la Plata a su paso por su trazado urbano, y delimitada en sus extremos por las puertas del este y el oeste.
Puedes visitar el yacimiento siguiendo un itinerario que comienza junto al centro de interpretación, en una de las tres necrópolis descubiertas hasta el momento. El recorrido te llevará después hasta los restos del anfiteatro y la puerta suroeste.
En el centro del yacimiento encontrarás el arco de Cáparra. Símbolo indiscutible de la ciudad, este arco del s.I d.C sujeta sus cuatro arcos de medio punto en otros tantos pilares,  dando lugar a una estructura cuadrifronte única en la Península Ibérica.
El arco da paso al foro, un espacio abierto que fue el centro político y religioso de la ciudad. En él aún son visibles los restos de los edificios principales: la basílica, la curia y otros tres templos.
Junto al arco y el foro encontrarás las termas, también al pie de las dos vías principales. Aquí podrás ver el sistema de conducción de aire caliente, la palestra dedicada al ejercicio, y las tiendas o tabernae, adosadas al edificio y abiertas al decumano.
El decumano, resulta también interesante ya que en él podrás apreciar todavía el enlosado de la Vía de la Plata, de la que forma parte, la línea de pórticos que la flanqueaban, y los restos de las fachadas de algunas domus romanas.

Turismo de Extremadura

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