domingo, 29 de diciembre de 2019

Villa de las Musas


Se trata de un yacimiento arqueológico romano situado a 6,5 km al sur de Arellano, a escasos kilómetros de la localidad de Estella-Lizarra. Su nombre, "Aurelianum", daría pie al topónimo del municipio.
El lugar es también conocido como "Villa de las Musas" por el hallazgo del espectacular mosaico romano de "las Musas". Esta obra de arte se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional, pero es posible admirar una minuciosa reproducción en su ubicación original. Su denominación se debe a la representación de las nueve diosas y de sus maestros que lo protagonizan.
Los restos arqueológicos encontrados indican que esta villa fue construida entre los siglos I y V d.C. Las excavaciones han permitido diferenciar dependencias de los siglos I-III d.C vinculadas a la producción del vino, además de otras posteriores, que la convirtieron en lujosa residencia de campo relacionada con el culto a Cibeles y a su hijo y amante Attis. Entre los hallazgos más curiosos se encuentra un catavinos de cerámica, icono del museo.
La visita al conjunto se inicia en un edificio de moderna construcción. Una edificación de 2.411 metros cuadrados que acoge el núcleo principal de la villa. En la entrada se han instalado diversos paneles con información general, completados con atriles en puntos estratégicos del recorrido.
Una pasarela metálica facilita el acceso a las distintas dependencias. Desde ella, se puede distinguir grava de dos colores que marca las distintas etapas constructivas; así, el gris revela las estructuras de los siglos I a III d. C., y el rosa las de los siglos IV y V d. C.
Las fábricas más llamativas de la primera época son el "fumarium", una estancia en la que se envejecía el vino artificialmente a través del calor y el humo, y la "Cella Vinaria" o bodega, cuyo valor reside en haber conservado todos sus elementos de producción. Así, se exponen 15 "dolias", tinajas destinadas a contener el vino con una capacidad media de 700 litros, y el altar de piedra, que recuerda la combinación de actividades dedicadas a la producción de vino y a las celebraciones religiosas.
Otra de las sorpresas de la villa es la cisterna de 3 metros de profundidad que se alimentaba principalmente por el agua de la lluvia. Su hallazgo tiene un carácter excepcional pues esta construcción era más típica de las zonas mediterráneas.
A la segunda época corresponden las estancias pavimentadas con mosaicos. Además del de las musas, existen otros dos, uno en un dormitorio y otro en el "Oecus" o sala principal, de 90 metros cuadrados. Ambos hacen alusión al culto a Cibeles y Attis.
En el exterior del edificio, y también correspondientes al segundo periodo constructivo, se pueden visitar el establo y el "Taurobolio". Es éste un edificio porticado de planta rectangular que se articulaba entorno a un patio, en cuyo centro aparecieron aras grabadas con cabezas de toro.

Turismo Navarra

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