Según un minucioso estudio de Miguel Arenillas Parra ("Una vía romana a través del Sistema Central español: La prolongación septentrional de la Calzada del Puerto del Pico", Revista de Obras Públicas, nov. 1975) esta vía seguía por Venta del Obispo, Mengamuñoz, La Torre, San Pedro del Arroyo y Arévalo. En el puente del Runel, sobre el Adaja, podría haber una bifurcación: un ramal hacia Olmedo, otro hacia Tordesillas.
En el descenso septentrional de la Sierra de Gredos quedan suficientes restos visibles para facilitar la reconstrucción de la traza original. Más adelante, "el paso del llano del Adaja -dice Arenillas- nos marca ya lo que va a ser la calzada en el Terciario del Duero. La cada vez más lejana piedra -el granito en este caso- y la más fácil degradación de los materiales miocenos, determinan la pérdida de todo resto de obra en este tipo de terrenos. En ellos hay que recurrir a la cañada de la Mesta y, sobre todo, a buscar obras de fábrica en el cruce de ríos, arroyos y barrancos.
El trabajo de M. Arenillas es concienzudo y claro, y su metodología impecable.
Miliario extravagante
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