El río Adaja bordea la ciudad amurallada por el Oeste. Para permitir el acceso se construyó un bello puente, al que, algunos autores otorgan un origen romano.
Consta de cinco arcos y cuatro pilares con tajamar, arrancando los arcos a diversas alturas, con el fin de que las cervices mantengan una altura idéntica. Fue cortado sistemáticamente en todos sus arcos, tal vez coincidiendo con algún intento de asalto a la ciudad.
Reconstruido en el Siglo XII con sillería "caleña" (mismo material empleado en la construcción de las iglesias románicas de la ciudad), resta de la estructura original la construcción en sillería de granito berroqueño. En uno de los apoyos del arco central se ha reutilizado una cista o cápsula de cenizas procedente de alguna necrópolis de época romana cercana.
(Ávila Turismo)
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