Estamos ante una ciudad romana que se abandonó y la mayor parte de su casco urbano nunca más fue reocupado; por tanto se puede trabajar en él con total libertad.
Tenemos una ciudad completa a nuestra disposición para excavar, que está bien localizada en el tiempo y que nos da idea de la vida romana.
Ha deparado unos hallazgos de edificios públicos, fundamentalmente las termas y el foro, realmente espectaculares, con un corpus epigráfico, es decir, de inscripciones romanas, importantísimo, localizados algunos de ellos in situ.
En la zona más elevada, en lo que fue un día el núcleo originario de la ciudad durante la época Bajo-republicana romana, el siglo I a. de C., y después en el siglo VIII se reocupó con un emplazamiento castral, de cronología andalusí que por los hallazgos creemos que tiene un final a finales del siglo XI.
Lo más interesante de esta fortaleza es su planta regular de trapecio. Desarrollar una planta regular en un sitio tan escarpado es difícil. Además de eso tiene una estructura modular y obedece a un modelo constructivo e incluso también a una metrología propia de la época califal andalusí, es decir, del siglo X.
En el centro del casco urbano del núcleo de la ciudad hispano-romana de Labitolosa aparece un barrio de viviendas comunes. Este barrio de viviendas se comienza a construir a mediados del siglo I y está en funcionamiento hasta el final de la ciudad, a finales del siglo III.
Gobierno de Aragón - Director:Mª Ángeles Magallón y José Ángel Asensio
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