El «gladius» era la espada básica de los soldados romanos. De una longitud aproximada de medio metro y una hoja recta y ancha de doble filo, se trata de una adaptación de las espadas cortas usadas por los mercenarios celtíberos («gladius hispaniensis») al servicio de Aníbal durante las Guerras Púnicas.
Las celtiberas –usadas para lanzar ataques con gran rapidez, en especial estocadas– causaron gran impresión a los romanos que nunca había visto armas tan letales. Cabe recordar que estaban compuestas de un hierro de alta calidad, que se trataba de una manera especial.
Progresivamente el «gladius» fue sustituido por la «spatha», copiada de los bárbaros germánicos. No en vano, el «gladius» había desplazado a su vez a la «falcata» también de origen hispano. La «falcata» era un tipo de arma blanca, similar a los actuales machetes en su forma y longitud, que se fabricaba con acero originaria de Iberia, y por tanto relacionada con las poblaciones nativas ibéricas anteriores a la conquista romana. Fue muy usada entre los pueblos íberos, siendo la espada de «antenas» más común en la zona céltica de la Península.
ABC
No hay comentarios:
Publicar un comentario