Fue descubierto en 1.920 por Francisco Serrano, vecino de Gabia La Grande. Declarado monumento nacional en 1.931.
Se accede a través del derrumbe parcial de un largo corredor o galería con bóveda de cañón, hecha de mampostería, como los muros que la sostienen; sus dimensiones son de 2,10 m. de ancho, por 2,80 m. de altura, la longitud reconocida de ella es de 30,50 m. En esta se aprecian siete vanos o tragaluces, a un metro de altura del suelo, cuyos entrepaños varían de longitud, entre 2,30 a 0,80 m., estos huecos miden 1,00 por 0,75 m. Al final hay una abertura irregular, que corresponde al hueco de una puerta desmantelada, pues de ella solo se conservaba el arranque de las jambas, el batiente y el umbral.
El umbral comunica con una cámara cuadrilátera de 4,10 m. de longitud en su interior, de mampostería, con un ábside al SE, y una escalera de caracol en el ángulo NE. En el centro de esta cámara, había un socavón de perímetro octogonal, excavado en el piso firme, en el que hubo en otro tiempo una pila de mármol blanco, de la que se encontró un fragmento in situ. La pila se abastecía por una tubería de plomo, aparecida también in situ; que se hallaba en el muro del fondo del ábside, la cual descendía por el centro del mismo y pasaba por debajo de la pequeña grada de dicho ábside. De la escalera de caracol se conservan diecinueve peldaños, los cuales son de piedra arenisca y de una sola pieza.
En la excavación realizada por Juan Cabré en 1922, se encontraron teselas de mármol blanco con restos de policromo, restos escultóricos y placas de mármol con motivos florales, esto indica una función singular en el uso de este recinto magníficamente decorado.
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