Muchos son los barceloneses que se han visto sorprendidos por tener en el calendario una nueva fiesta local (12 de febrero): Santa Eulalia; quedando además confundidos al enterarse que ésta es la Patrona de la ciudad de Barcelona, cuando hasta la fecha estaban convencidos de que lo era la Mare de Deu de la Mercè, muy celebrada y cuya festividad (24 de septiembre) coincide con la fiesta mayor de la Ciudad Condal.
Pero en realidad, ‘la Mercè’ (como es popularmente conocida) es copatrona, desde 1868, de Barcelona junto a Santa Eulalia, una mártir cristiana cuyos detalles de su vida es prácticamente desconocida para la inmensa mayoría.
Eulalia nació en Hispania en el año 290 d.C. en el seno de una acomodada familia que se había acogido a la fe cristiana, en una época que el cristianismo todavía estaba perseguido (la libertad de culto no llegaría hasta el año 313 con el Edicto de Milán).
Siendo una joven adolescente de trece años de edad (año 303) Eulalia decidió presentarse frente a Publio Daciano, prefecto romano en Hispania que debía hacer cumplir los edictos del emperador Diocleciano.
Eulalia quería hacer saber a Daciano su malestar y protesta por la persecución a la que habían sido sometidos los cristianos, haciendo encolerizar al prefecto que ordenó apresarla y someterla a trece martirios, que eran tantos como años tenía la muchacha.
Así fue como la joven padeció trece dolorosas y horripilantes torturas que fueron desde azotarla a desgarrarle la piel con ganchos, quemarle los pechos, colocarla de pie sobre brasas, hacerla rodar en un tonel lleno de cristales y objetos punzantes o crucificarla hasta hacerla morir.
A partir de ahí surgieron infinidad de leyendas e historias alrededor de la joven Eulalia, quien fue canonizada en el año 633, apareciendo diferentes versiones sobre la vida de esta y, sobre todo, situándola en distintas ubicaciones: por un lado Barcino (Barcelona) y por otro en Augusta Emerita (Mérida, donde también es patrona de la ciudad). En esta última es conocida como Santa Eulalia de Mérida pero su festividad se celebra el 10 de diciembre, relatando sobre la vida de esta prácticamente lo mismo que de Santa Eulalia de Barcelona. Hoy en día hay más expertos que apuntan a que Eulalia nació y murió en la población extremeña y que la historia sobre su vida no llegó hasta la Ciudad Condal tres siglos después.
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